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Sucesos

Rockeros habaneros, alarmados por una supuesta pandilla que apuñala en sus actividades

Algunos creen que se trata de simples maleantes, pero otros ven 'un sabotaje al movimiento rockero'.

La Habana

Jóvenes de la fanaticada rockera en La Habana han expresado gran preocupación por hechos de violencia ocurridos en los últimos meses, atribuidos a una supuesta pandilla que, según algunas versiones, estaría integrada por aficionados al punk, aunque otras especulaciones apuntan a una presunta estrategia para minar el movimiento.

"Hasta donde conozco, el mes pasado lesionaron a tres personas y una de ellas se encuentra todavía en terapia", declaró Alberto Muñoz Chaviano, productor ejecutivo de la estatal Agencia Cubana de Rock (ACR).

"Aunque es incierto que estos hechos los estén cometiendo todos los punk que frecuentan el ambiente rockero, sino un grupo de diez o 12 individuos, la realidad es que sí nos preocupa la situación", añadió Muñoz Chaviano.

"Los ataques se han vuelto frecuentes y abarcan desde los pocos espacios donde se programan actividades de rock, hasta los espacios donde socializa esta tribu urbana", dijo.

A inicios de septiembre, esta supuesta pandilla protagonizó un episodio violento en La Madriguera, sede capitalina de la estatal Asociación Hermanos Saíz (AHS), que incluyó daños materiales.

"Los directivos de la sede determinaron, como medida momentánea, suspender la peña que realizábamos los dos últimos sábados del mes, donde ponemos música grabada del género", informó uno de los encargados del sonido en La Madriguera y quien también es rockero.

"Estoy de acuerdo con esa medida porque ya las cosas están fuera de límites con esa gente maleando el único espacio que queda en la ciudad para escuchar rock and roll. Eso nunca había sucedido en este ambiente; fuera de las broncas normales, jamás se dio el caso de una pandilla con el único fin especificó de crear violencia fula".

Entre la fanaticada rockera, algunos creen que estos hechos no ocurrirían si la Sala Maxim estuviese funcionando. Otros van más allá y opinan que se trata de "un sabotaje contra el movimiento rockero".

La Sala Maxim, sede de la ACR, cumplirá el próximo 18 de noviembre dos años cerrada por el Instituto Cubano de la Música (ICM) bajo la justificación de una "reparación total", situación que ha sido denunciada con anterioridad por los trabajadores de la sede y el público rockero a DIARIO DE CUBA.

"La Maxim habría hecho uso del derecho de admisión en caso de un evento desagradable como el ocurrido en La Madriguera", dijo Damián López.

"Era una sala cerrada donde se cobraba la entrada y había un personal de seguridad que te cacheaba antes de entrar. Esto permitía un mínimo de control o de prevención ante determinados desordenes. Pero esta pandilla tiene a la gente aterrada, solo se habla de eso y uno va a los pocos conciertos con mucha paranoia".

"Dentro del Maxim hubo sus broncas de vez en cuando, por supuesto, pero nunca la sangre llegó al río", agregó Iván Díaz, testigo de los hechos ocurridos en La Madriguera. "Esta pandilla ha apuñalado a varias personas del ambiente rockero".

Luis Ángel, quien se describe como un punk "de los auténticos", dijo que le resulta "intragable que a estos supuestos punketas, así de pronto, les dio por hacer una pandilla y dar puñaladas sin más".

"Yo no creo en conspiraciones ni tampoco estoy metido en una película, pero es evidente que esos chamacos están en plan sabotaje contra el rock. Donde quiera que algo huele a rock, esos locos se aparecen formando la gorda y su lista de lesionados va por ocho y quizás más", añadió.

"La Policía ni se inmuta, no hace nada", denunció la joven rockera Elisabeth Yáñez.

"Uno de mis amigos fue atacado por esa pandilla. Gracias a Dios, solo le dieron golpes y palos. ¿Cuántas puñaladas tendrá que dar esta pandilla para que la Policía se tome en serio desarticular a esos desagradables? ¿Habrá que esperar a que asesinen a alguien como al músico de Camagüey?", fustigó, refiriéndose a Pedro Armando Junco Torres (Mandy), asesinado en mayo de 2015 durante un festival.

Alina, amiga de Elisabeth y del joven atacado, especuló que quizá se trate de lo que llama "una pandilla paracultural contra los rockeros".

"Aquí puede suceder cualquier cosa. Mi tío, que es de la generación de los 80, me contaba que la Policía utilizaba a los guapos, los que hoy llamamos 'repas', para provocar a los rockeros y luego acusarlos de ser violentos. En G y 23 se vive un poco eso, así que no dudo que con esta pandilla se intente desacreditar a los punk y a los rockeros en general".

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