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Artes Plásticas

Las miradas oblicuas de Nelson Villalobo

Un recorrido por la obra más reciente de un pintor prolífico.

La Habana

La prolífica obra de Nelson Villalobo (Cumanayagua, 1956) le sitúa entre los artistas más destacados de la Cuba actual. A caballo entre Vigo y La Habana, su labor creadora se ha intensificado desde su regreso a la Isla.

En menos de un año, Villalobo ha realizado tres exposiciones personales y participado en cuatro colectivas.

Tras más de 30 años de residencia ininterrumpida en Europa y de su última presentación personal en el país, Villalobo retomó su quehacer con la muestra La vivencia oblicua, inaugurada en el Centro Hispanoamericano de Cultura, encuentro que también aprovechó el artista para abrir su nuevo estudio en La Habana.

La treintena de obras expuestas, de gran formato en su mayoría, fueron realizadas exclusivamente para la exposición en tan solo cinco meses. El conjunto, inspirado en José Lezama Lima y dedicado a él, parte de su manifiesta admiración hacia el escritor cubano. En alguna de las piezas pueden leerse fragmentos extraídos de poemas, los cuales le sirven de punto de fuga.

La segunda muestra tuvo lugar en la Galería Artis 718, perteneciente al circuito de galerías del Fondo Cubano de Bienes Culturales. Con el título Villalobo desconocido, los espectadores asistieron a un conjunto de ensamblajes escultóricos, dos instalaciones y algunas pinturas de finales de los 70, la década del 80 y principios del 90, todas inéditas. Entre las obras expuestas destacan los ensamblajes que recuerdan a primera vista los realizados por Antonia Eiriz, mentora y amiga del artista. No obstante, ante una apreciación como esta correríamos el riesgo de hacer una lectura sencilla de los procesos creativos, "cuando en realidad ambos llegamos por distintos derroteros a conclusiones similares, antes de conocernos personalmente", nos confiesa el artista en su estudio.

Su última entrega tuvo lugar en el centro cultural El Mejunje, de Santa Clara. En Villalobo de paseo, el artista comparte con los espectadores un grupo de obras sobre papel, donde se percibe un recorrido temporal a partir de trabajos realizados a finales de los 70 y la década del 90. Los asistentes apreciaron monotipias y pinturas concebidas en técnica mixta. La exhibición estuvo conformada íntegramente por obras inéditas, demostrando así cuánto hay por descubrir en el universo visual de Villalobo.

En su estudio de la calle Apodaca 260, en La Habana Vieja, Nelson Villalobo trabaja frenéticamente al compás de la música, acompañado por alguna que otra visita y por una gata llamada Lezama. Al subir cada peldaño de la escalera que nos lleva a su estudio, atravesamos un túnel en el tiempo; al llegar arriba, envueltos en el ambiente de un caserón modernista y lejos de una realidad asfixiante, podemos encontrarle en las más variopintas posturas terminando su última obra, la cual formará parte de la exposición Cuba brava. Allí, mientras da las últimas pinceladas, nos dice con ansiedad: "Debo acabar este cuadro, tengo otros en la cabeza y necesito pintarlos."

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