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Música

¿Quién apuesta por el bolero?

El género atraviesa un momento delicado y tiene en su contra la errática promoción de los medios. DDC habla con la cantante Leo Montesinos.

La Habana

La tarde en que Edith Masola le dedicó su programa 23 y M al bolero, el mismo televisor parecía preguntarse: "¿cómo llegó esta gente aquí? ¿en esto se ha convertido el bolero?".

Un hombre con más porte de basquebolista que de cantante, que le había dado a su grupo el nombre "Lo más grande"; la actriz Coralita Veloz, sin afeites ni maquillaje, parecía deprimida; el compositor e intérprete Rafael Espín, haciendo pucheros de toma a toma y desfasado con el audio del doblaje; una desconocida a la que no le fue bien como trovadora y ahora canta boleros, daban idea de lo que sería el Festival Internacional Boleros de Oro este año.

Leo Montesinos, bolerista por más de 25 años, pelea contra esa imagen, pero está consciente que muy pocos apuestan por el bolero. Ella misma, aunque le ha dedicado "toda una vida", se ha visto rechazada en más de una ocasión.

Recuerda cómo hace unos años presentó en el Instituto Cubano de la Música un proyecto para un disco de boleros con arreglos novedosos y contemporáneos, y no le hicieron ningún caso. También que el director de uno de los canales de la televisión cubana le propuso un intercambio muy poco profesional a cambio de tener un espacio en la pantalla. Ella lo rechazó porque prefirió seguir apostándolo todo a su talento.

En una conversación con DIARIO DE CUBA, a propósito del Festival Boleros de Oro 2016, que cerró este domingo, la primera cuestión que sale a relucir es la presencia de los boleristas en la pantalla.

"Quizás los cantantes a los que televisan con más frecuencia son los se han hecho famosos por otro género o los que ya tienen determinados espacios. Pero los que son televisados y se han dedicado a grabar temas no son necesariamente los mejores exponentes. Aquí hay muy buenos jóvenes boleristas que incluso hacen temas con muy buenos arreglos, con intensiones más modernas de decir el bolero, y no los sacan por los medios", critica Montesinos.

"Está, por ejemplo, Yahima Saez, que ahora fue que empezó a ser televisada; Félix Bernal, que es uno de los pocos cantantes que se acompaña él mismo con el piano y que tiene un estilo propio; Ernesto Roel, que interpreta varios géneros pero es uno de los jóvenes compositores, además de ser un excelente cantante; Orley Cruz, un graduado de canto lírico en el Instituto Superior de Arte que, aunque ha incursionado en otros géneros, hace muy bien el bolero", enumera.

"No es un problema de imagen. Todas estas personas de las que hablo tienen muy buena imagen, moderna, juvenil. Creo que en realidad tiene que ver con otra cosa", comenta.

Muchos no se atreven a afirmarlo, y Montesinos dice no tener pruebas, pero es un secreto a voces que con frecuencia hay que pagar la promoción en la televisión. Las tarifas varían de 40 CUC a más de 100, según los espacios y las ambiciones de los directores, sin tener en cuenta el poder adquisitivo del artista.

La cantante opina además sobre algunos nombres a los que la prensa nacional, erróneamente, señala como el futuro del bolero.

"Hace uno o dos años, cuando los artistas que hacen rock o música pop fueron invitados al Festival Internacional Boleros de Oro, salió un artículo en el periódico [en la página cultural de Granma] diciendo que Dayanis Lozano y Mayko de Armas, por ejemplo, son lo más grande que ha pasado dentro del festival y dentro de la historia del bolero", recuerda.

"Yo entiendo que haya escasez de trabajo y que la promoción sea deficiente, pero ellos, como otros tantos que participaron solo ese año, para atraer al público que los sigue, incluyeron en su repertorio dos o tres boleros". Sin embargo, "fue suficiente para ganar un lugar en la prensa nacional".

"Entiendo que pongan a Vania Borges porque ella sí ha cantado boleros y son parte de su repertorio, pero cómo no se va a hablar de los que han dedicado su vida al bolero, cómo no se habla de los jóvenes que se han aferrado a este género y que lo han tratado de defender a capa y espada", cuestiona Montesinos.

Cree que hay varias razones. Una de ellas es la falta de espacios, de centros nocturnos que contraten a cantantes solistas; otra, la debacle que atraviesa la empresa del entretenimiento en Cuba. No obstante, se centra en lo ella que cree primordial: la labor de promoción del periodismo.

"Es más fácil hablar de una persona que ha hecho carrera o que se ha hecho famoso por participar de agrupaciones, que ya ha estado entre los primeros lugares en los hit parade de las emisoras de radio o de los programas de televisión. Es más fácil hacer un artículo sobre una persona conocida que sobre alguien desconocido. El desconocido lleva más investigación, más esfuerzo", considera.

"Cuando vas a hablar de Haila o de Mayko o de cualquiera de esos cantantes como Laritza Bacallao, es fácil porque todo el mundo sabe quiénes son".

La bolerista comenzó a cantar en 1989 haciendo los coros a Annia Linares y su intérprete preferida, desde niña, era Beatriz Márquez. En 1992 se presentó por primera vez al Festival Internacional Boleros de Oro, en la convocatoria de jóvenes cantantes, para actuar en la gala del evento. Aunque es graduada de canto lírico, desde su primera vez no ha dejado pasar "ni un solo Festival".

Cree que ser miembro del jurado del certamen de jóvenes boleristas le da una posición privilegiada para valorar el festival y el estado actual del bolero.

"El problema es que llegó un momento en que el bolero se empezó a considerar algo cheo, viejo. Teníamos además mucha influencia de la música norteamericana, que no tiene que ver con el filling, sino con la manera que tienen hoy muchos jóvenes con un estilo americanizado, con una dicción alejada de nuestra autenticidad, una articulación a lo Nat King Cole, como para dar la onda de 'tú sabes, yo tengo swing'. Eso de alguna manera va tergiversando la idea del bolero".

Cuenta como, contrario a lo que se piensa, escuchó a César Portillo de la Luz negar la interpretación de Cristina Aguilera de su bolero "Contigo en la distancia".

"Incluso Cesar Portillo era uno de los que protestaba contra eso, pese a que ganó mucho con la interpretación de Cristina Aguilera. Él decía que ese no era su bolero, que no se cantaba así. Pero se ha llegado al punto en que si 'Contigo en la distancia' no se interpreta al estilo de la cantante pop, no se asimila bien".

Montesinos esta segura de que el problema no tiene que ver con aferrarse al pasado, sino con "cambiar sin destruir" el género musical.

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