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Cine

De Bocaccio a la realidad cubana

La última película de Arturo Sotto va por su segunda semana con largas colas en los cines de la capital.

La Habana

Una comedia fina, de sugerencias e ironías; de semi-víctimas, semi-cómplices, como todo el mundo, Boccaccerías habaneras, filme del director Arturo Sotto (Pon tu pensamiento en mí, Amor vertical, La noche de los inocentes) sostiene largas filas en los cines de estreno de la capital y  ya va por su segunda semana en cartelera.

Coproducida por el ICAIC y la productora independiente Cottos, del propio director, quien es además su productor ejecutivo, la película está conformada por tres cuentos, dos de ellos inspirados en los de Bocaccio: "El arcón del médico" y "Tercería involuntaria". Y el tercero, guión original de Sotto, "La historia del tabaco", cierra el filme en equilibrada estructura de pícaras intrigas.

Con envidiable honestidad artística,  Sotto sortea el costumbrismo ("corrosiva cotidianidad") tanto como  el absurdo feraz, al unir sus tres historias gracias al alma cosmopolita de un escritor en crisis creativa, hilo conductor del filme, quien paga por la calidad de los relatos que vienen a contarle.

Cada historia marca su tono, su atmósfera, espectáculo amable, divertimento con más de 50 personajes donde La Habana "convulsa y bella" es protagonista manifiesta.

Agilidad narrativa, ritmo hasta en las réplicas ingeniosas, fulgurantes del lenguaje popular, en feliz ejercicio de frescura, intensidad e inteligencia que sacan a flote personajes demasiado planos, previsibles. La segura, excelente dirección de actores,  equilibra a veteranos y noveles con soltura expresiva, lo que remite a un trabajo de elaboración exigente, minucioso.

La relación causa-efecto dinamiza las cuestiones de dormitorio, con vertiginoso impulso intelectual. De la energía desatada por un beso ("La historia del tabaco"), a consecuentes desnudos, el talante es lúdico, de fiesta, que no de pachanga.

Al parecer, en sus incontrolables ganas de escribir la crónica de la contemporaneidad cubana, Sotto privilegia la memoria concebida como presente. La calidad de presente de la memoria. Crea el espacio dramático donde estas historias reales, absurdas se mantienen en pie con verosimilitud.

Con sutileza, en forma de pinceladas ocasionales, se ajusta al marco de cada historia la contemplación de la vida habanera de ahora mismo: si la realidad es una farsa y uno quiere ser realista, ha de ser consciente de que la farsa de una farsa es muy poca cosa. Sin ahondar en la costra de las apariencias, sería error de estilo concluir que la sociedad se basa en una metáfora fallida. A la larga, estos personajes reclaman su cuota de intangibilidad, su enigma apenas perfilado en el filme.

Del autor

Graduado de la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños (EICTV), Arturo Sotto no ha necesitado acumular filmes —este es su cuarto largometraje de ficción— para convertirse en referencia de la cinematografía cubana contemporánea. A su haber suma los documentales Breton es un bebé (2010), sobre el patente surrealismo vigente en la Isla, hasta en los rincones más insospechados; El misterio de las aguas (2011), aproximación antropológica a la Virgen de la Caridad y Lo mismo, se escribe igual (2013), en proceso de postproducción, sobre la historia de la música cubana, que según  afirma,  "es la historia de la nación". A los que habría que agregar el exitoso Habana Abierta, realizado junto a Jorge Perugurría.

 Actor, escritor, sus libros Caro diario (Ediciones Unión, 2012) y Conversaciones al lado de Cinecittá (Ediciones ICAIC, 2010) son fruto de la espera entre rodaje y rodaje, guiones engavetados por medio, películas que aguardan financiamiento.

Luego de la muy criticada y nada comprendida Pon tu pensamiento en mí (1995), donde emplazaba al mito y su manipulación, filma Amor vertical (1997) y La noche de los inocentes (2003), obras que fueron consideradas como un acercamiento a lo popular.  Al respecto, declara: "No creo que en mis películas se haya producido una claudicación estética en aras de acercarme a un público más amplio: pueden cambiar las formas, los estilos, pero es el mismo autor quien conduce la pluma en la certeza de que no quiere aburrirse de sí mismo". (Cine Cubano, julio-diciembre 2013).

Luego de diez años de silencio, habría que saludar el feliz regreso a la pantalla grande de este talentoso director,  quien ha encontrado en la masiva aceptación del público elocuente estímulo para futuras obras, en momentos en "que estamos en presencia de una futuridad en estado puro".


Boccaccerías Habaneras (2013).  Director: Arturo Sotto; Guion: Arturo Sotto; Fotografía: Alejandro Pérez; Director de Arte: Carlos Urdanivia; Edición: Alejandro Valera; Música: Andrés Levin. Intérpretes: Luis Alberto García, Mario Guerra, Omar Franco, Félix Beatón, Zulema Cruz, Raúl Lora, Yadier Fernández, Raúl Bravo, Claudia Álvarez…

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