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Historia

Nelson Rodríguez Leyva, un narrador olvidado

Un año después de publicar su único libro, fue internado en la UMAP, salió de allí por 'enfermedad mental', intentó secuestrar un avión y fue fusilado a los 28 años.

Madrid

Reinaldo Arenas dedicó uno de sus mejores libros  Arturo, la estrella más brillante (Montesinos, Barcelona, 1984) con un escueto:  "A Nelson, en el aire". Esa enigmática dedicatoria, aclarada en una nota al final del libro, significaba que dedicaba el libro a su amigo y colega de escritura Nelson Rodríguez Leyva.

Los dos amigos nacieron en 1943 y en provincia o "tierra adentro". Ambos habaneros de adopción,  apoyaron entusiasmados, como otros tantos miles de jóvenes, los primeros años del proceso revolucionario desatado en la Isla.

Rodríguez Leyva era de la provincia de Las Villas y había estudiado con los Maristas. En 1960 fue maestro voluntario en la Sierra Maestra y participó en toda la campaña de alfabetización que recorrió toda la Isla.  Desde muy joven escribía poesía y, sobre todo, narraciones breves. Con veintiún años le publicaron su primer y único libro El regalo (Ediciones R, La Habana, 1964) en una editorial estatal (dirigida en ese momento por Virgilio Piñera) que pertenecía al periódico Revolución, órgano del Movimiento 26 de Julio.

En 1965, Nelson fue internado en uno de los campos de concentración para homosexuales —en la provincia de Camagüey— llamados UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción). Pasado tres largos años en uno de esos campos de trabajo forzado, Rodríguez Leiva consiguió la baja por "enfermedad mental". Ya en la calle se dedicó a sobrevivir en La Habana de la Ofensiva Revolucionaria,  de la microfracción y del lamentable apoyo de Fidel Castro a la invasión de Checoslovaquia por los tanques soviéticos. O sea,  el fatídico 1968.

La trayectoria vital de este joven narrador, desde ese decisivo año cubano hasta 1971, que es cuando se topa con su destino, es un misterio. Reinaldo lo cuenta en la nota aclaratoria de la mencionada dedicatoria: "Desesperado, en 1971, intentó, provisto de una granada de mano, desviar de su ruta un avión de Cubana de Aviación, rumbo a la Florida. Reducido y en trance de ser asesinado por las escoltas militares del avión, Nelson tiró la granada que hizo explosión. El aparato aterrizó en el aeropuerto 'José Martí' en La Habana. Nelson Rodríguez y su amigo y acompañante, el poeta Ángel López Rubí —de 16 años de edad— fueron fusilados".

Más adelante precisa Arenas: "Una tercera persona, el escritor Jesús Castro Villalonga, quien no iba en el avión pero conocía el plan, fue condenado a treinta años de prisión…"

Nelson fue fusilado, con 28 años de edad, el mismo año que eran detenidos en La Habana Heberto Padilla y su esposa Belkis Cuza Malé; el mismo año de la autocrítica del autor de Fuera del juego, la expulsión de Cuba del escritor chileno Jorge Edwards, declarado persona non grata y la condena a 10 años de prisión del periodista francés Pierre Golendorff. También es el año del lamentable y represor Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura., donde Fidel Castro anuncia la nueva consigna cultural: "El arte es un arma de la Revolución".

Rodríguez Leyva dejó inédito un libro de relatos sobre su experiencia  de los tres largos años pasados en las UMAP, manuscrito que fue confiscado durante su detención por las autoridades castristas. ¿Dónde estará ese manuscrito? ¿Existirá aún?

Nelson Rodríguez Leyva fue borrado, eliminado del panorama literario cubano y, por ello,  no aparece en el discutido Diccionario de la Literatura Cubana (La Habana,  I tomo,1980 y II tomo, 1984). Sus relatos sí aparecen en el libro  Cuba: una revolución en marcha (Ruedo Ibérico, París, 1967) de los españoles Francisco Fernández-Santos y José Martínez, antología de temática histórica y socio-económica donde aparece una amplia selección poética y se antologa a diez narradores cubanos de ese momento: Alejo Carpentier, José Lezama Lima, Virgilio Piñera, Onelio Jorge Cardoso, David Camps, Guillermo Cabrera Infante, Antonio Benítez Rojo, Jaime Sarusky, Jesús Díaz y Nelson Rodríguez Leiva.

Por suerte, ha quedado la oportuna edición de 1964 de su libro de cuentos El regalo (que con toda seguridad se podrá consultar en alguna biblioteca universitaria norteamericana).

En 1981, Reinaldo Arenas,  ya exiliado en Nueva York, escribió un largo poema dedicado a su amigo Nelson Rodríguez Leyva, incluido en su poemario  Voluntad de vivir manifestándose (Betania, Madrid, 1989).

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