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Prensa

Una caricatura en 'Granma' denigra al sector privado cubano

'Entre el 'acaparador' y el cuentapropista se debaten escogiendo su villano favorito', comenta un forista.

La Habana
La caricatura de Martirena.
La caricatura de Martirena. Granma

Una caricatura aparecida este viernes en el diario oficial Granma hizo más evidente la cruzada del Gobierno contra el sector privado de la Isla, al que denomina eufemísticamente como "cuentapropistas".

La ilustración, que acompaña un texto titulado "Salario con justicia, esperanza y retos", representa a una pareja que dialoga con entusiasmo sobre el aumento de los salarios para una parte de los trabajadores estatales, para luego advertir, de pie ante un puesto de venta de productos agropecuarios atendido por un malencarado vendedor, que los precios no pueden subir.

El Gobierno cubano estableció por decreto el pasado mes controles de precios muy estrictos a negocios estatales y privados, así como nuevos impuestos sobre el salario, que presentó como medidas emergentes para atajar la crisis económica que afecta a la Isla.

Dos resoluciones del Ministerio de Finanzas y Precios publicadas en la Gaceta Oficial prohibieron el aumento de precios minoristas y mayoristas, sobre todo para los alimentos, así como para los transportistas privados, excepto en los productos importados y distribuidos por el Estado, donde los márgenes de beneficio establecidos ya no podrán incrementarse. 

La imagen de Granma ha provocado críticas en las redes sociales. La periodista Milena Recio apuntó que la caricatura, "consagra ese optimismo bobalicón sin conflictividad ninguna, como si conseguirlo estuviera garantizado solo con proponérselo. Como si el mero hecho de subir los salarios y las pensiones por un valor de más de 7.000 millones de pesos al año mejorará la creación de riquezas y el acceso al consumo."

"Veo que la propaganda al uso ha renunciado a la 'luna de miel' con el sector de la economía privada y vuelve, de manera pérfida, a tratar de inducir la identificación de los productores y comerciantes privados como los malísimos de la película. La cara de delincuente, mal afeitado, pata pelúa que Martirena le ha puesto a este vendedor de tarima es más que elocuente", terminó Recio.

Por su parte, la periodista Mónica Rivero indicó que "entre el 'acaparador' y el cuentapropista se debaten escogiendo su villano favorito, el enemigo del pueblo que 'echa por tierra todos los esfuerzos del Gobierno' [sic]".

El también periodista Rui Ferreira apuntó que la ilustración "me recuerda lamentablemente las caricaturas odiosas de los días del Mariel. Todas las etapas políticas tienen lecturas pero hay cosas que no vale la pena hacer. Ni dibujar."

Ante el desabastecimiento generalizado que golpeó recientemente a la Isla, los precios se dispararon. Una libra de carne de cerdo llegó a costar entre 70 y 80CUP. Enormes colas se desencadenaron en las tiendas en CUC cuando las abastecían de pollo o salchichas.

Uno de los chivos expiatorios favoritos del Gobierno cubano ante los períodos de escasez han sido tradicionalmente los vendedores privados, a quienes la prensa oficial acusa de la carestía sin señalar al propio tiempo la ineficacia de un sistema económico incapaz de sostener en el tiempo las ofertas de productos y servicios.

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