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Medioambiente

Religiosos cubanos: 'Siempre hemos usado el caracol gigante africano'

Pero el animal, especie invasora, no es una ofrenda a una deidad en específico.

La Habana

Las alertas y consideraciones emitidas recientemente por el Gobierno en la Isla para el control y eliminación del caracol gigante africano han generado inquietudes entre los sacerdotes de Ifá por las interpretaciones apresuradas que podría acarrear la advertencia y prohibición de no usarlos, entre otras cosas, como "ofrenda a deidades afrocubanas".

Contrario al criterio popular y de las especulaciones de autoridades del Gobierno, el uso del caracol gigante africano en los rituales de la Regla de Ocha ha sido desde siempre.  "Y no se usa como ofrenda a una deidad en específico, sino como componente en determinados rituales", explicó Alain Daniel, oríaté —sacerdote encargado de dirigir la ceremonia de asentamiento de los orishas— y vecino del municipio Cerro.

"No conozco a un solo sacerdote de Ifá que ignore lo peligroso de este caracol y de las consecuencias que atañe no controlarlo. Pero es total y absolutamente incierto que su uso es de estos tiempos", insistió Alain Daniel.

El hecho de que simplemente se mencione que el caracol gigante africano no puede ser utilizado ni en "ofrendas a deidades afrocubanas" focaliza el peligro en toda la comunidad santera, y aunque los practicantes en Cuba llegan a ser decena de miles, no puede obviarse que sobre esta religión aún pesan tabúes sociales, coincidió Amed, olúwo y vecino de Centro Habana.

"En los rituales, el manejo de este caracol, y lo que de este se utiliza, es exclusivo del sacerdote. Tampoco se usa para la confección de ningún alimento para ofrecer a otro animal, ni para resguardo de persona alguna", anotó Amed.

Especialistas del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal insistieron que la principal vía de dispersión del caracol gigante africano es "la acción del hombre", al adoptarlo como mascota, usarlo para fines ornamentales o de artesanía, como carnada o con fines religiosos.

El contagio a las personas, a partir de una errada manipulación del caracol, podría manifestarse en una meningoencefalitis eosinofílica, entre cuyos síntomas destacan la cefalea intensa y los calambres.

Todos los sacerdotes de Ifá encuestados coincidieron en que la disposición del gremio es colaborar en el control del caracol gigante africano, de conjunto con las autoridades encargadas. Aseguraron además que nunca, hasta donde estaban enterados, escucharon que se criaba, controladamente, con fines lucrativos.

"Lo que resulta evidente es que a determinadas personas se les fue de las manos y no tuvieron el debido cuidado que siempre se había establecido. Lo demuestra el hecho de que nunca antes se había reportado el más mínimo brote de este caracol, que ahora tiene unas proporciones de plaga", agregó Amed.

Un llamado de atención a los controles aduanales

Oriundo del África oriental, el caracol gigante africano ((Lissachatina fulica) se ha extendido a doce provincias de la Isla y las autoridades han identificado más de 30 especies vegetales que este molusco utiliza como alimento, entre ellas 17 cultivos agrícolas.

Otros santeros consideraron no brindar testimonios sobre el uso tradicional del caracol gigante africano en las prácticas de la Regla de Ocha en Cuba. Como miembros de la Asociación Yoruba, temen que el Gobierno malinterprete las aclaraciones que podrían ofrecer sobre el brote de proporciones alarmantes que atraviesa el país.

Aseguraron que han sugerido a quienes todavía conservan algún criadero, "por pequeño o controlado que lo tengan", la medida de deshacerse de esos animales siguiendo las indicaciones sanitarias ofrecidas por las autoridades.

Al igual que Bárbaro, sacerdote de Ifá y vecino de La Lisa, al menos una docena de los entrevistados afirmaron que no son pocos los materiales que se usan en los rituales de la también llamada santería que han tenido que ser reemplazados por sucedáneos, a consecuencia de la complejidad de traerlos desde África.

"Llegado el caso, estaríamos dispuestos a buscar un sustituto de este caracol, pero nos gustaría que se dejase bien claro, y que podemos afirmar, que desde muchísimos años atrás este caracol tenía uso extensivo entre nosotros", aclaró Bárbaro, en referencia a que, según las informaciones difundidas por el Gobierno, la primera detección del caracol gigante africano fue en 2014 en el Reparto Poey, municipio habanero Arroyo Naranjo

"También debería hablarse de una deficiencia en los controles aduanales, y esta deficiencia no puede conllevar como consecuencia la estigmatización de los santeros cubanos", cuestionó Bárbaro.

"Es cierto que ese brote de 2014 podría haber sido por un injustificable descuido de quienes tenían criaderos de este caracol, pero tampoco queda claro si se debió a una entrada considerable por las fronteras aduanales", agregó.

"Puedo asegurar que al menos desde inicios del año 2000 yo usaba este caracol. De haber ocurrido un descuido en aquel entonces, no habría un solo sacerdote de Ifá vivo en Cuba", concluyó.

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