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Política

La Habana y Moscú estrechan lazos ante la hostilidad de Washington, opinan expertos

Algunos analistas evocan incluso el montaje de una 'nueva Guerra Fría en el Caribe'.

Moscú

Este miércoles, el expresidente Raúl Castro, primer secretario del Partido Comunista de Cuba, recibió el premio Lenin, la más alta condecoración que otorga el Partido Comunista de la Federación Rusa.

Al recibir el premio, el general destacó "las históricas relaciones" entre los dos países, "que hoy se refuerzan y renuevan".

Este acercamiento no es nuevo, pero se consolida al ritmo de las sanciones que Washington aplica contra la Isla, acusada de apoyar militarmente al Gobierno de Nicolás Maduro, otro aliado de Moscú.

"Esta política aísla a Estados Unidos de Cuba y estamos abriendo las puertas a una mayor presencia de China y Rusia en la Isla", consideró Ric Herrero, director del Grupo de Estudios sobre Cuba, que reúne a cubanoamericanos que abogan por la apertura económica y política.

El "retorno" de los rusos es un símbolo fuerte en un país que vivió tres décadas bajo el ala del gran hermano soviético.

A las calles de La Habana han llegado modernos autos Lada, ahora como taxis, que contrastan con sus antepasados de los años 80 y 90. También una flota de microbuses Gaz, usados como taxis colectivos, buscan aliviar el difícil transporte público de la capital.

"Es casi un triángulo amoroso entre Estados Unidos, Cuba y Rusia, una vieja relación, hay mucha emoción aquí", remarcó el economista Scott B. MacDonald, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington.

El experto evoca una "nueva Guerra Fría en el Caribe".

"Al final de la Unión Soviética, unos 4.000 millones de dólares anuales de Moscú eran destinados a apuntalar la economía cubana", de ahí el colapso cuando la URSS cayó en 1990, agregó.

Hoy tercer socio comercial de la Isla, detrás de la Unión Europea y China, "a Rusia le gusta la idea de calentar esta relación. Pero, ¿desea Rusia gastar 4.000 millones de dólares anuales para mantener viva a Cuba económicamente?", se pregunta MacDonald.

Curiosamente, los embajadores europeos en La Habana invitaron recientemente a su homólogo ruso a su reunión mensual. Este les habló sobre la colaboración entre La Habana y Moscú, y la voluntad de aumentarla, según algunos participantes, indicó un reporte de AFP.

Con un intercambio comercial de 350 millones de dólares en 2018, las inversiones rusas permitirán aumentar en 20% la producción de energía en la isla y renovar los 14 aviones de la aerolínea Cubana de Aviación, aseguró el embajador.

Un préstamo de 38 millones de euros (42,36 millones de dólares) para modernizar la industria militar cubana, 1.000 millones de dólares para renovar las líneas del ferrocarril, acuerdos en materia de energía nuclear civil y ciberseguridad: "hay un aumento de la actividad, no hay duda", dijo Herrero.

"Es parte de un esfuerzo mayor de Rusia para desestabilizar a Estados Unidos, más que por crear un satélite soviético a 90 millas de las costas estadounidenses, como sucedió bajo la Guerra Fría", agregó.

En Moscú, Nikolai Kalashnikov, asesor del Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias de Rusia, va en la misma dirección.

"Estamos categóricamente contra la política norteamericana relacionada con Cuba. De la misma manera que los cubanos están contra las sanciones norteamericanas contra Rusia", destacó Kalashnikov, precisando que para los rusos, los cubanos son "camaradas".

Pero "hoy, las relaciones se construyen sobre una base pragmática, sin la dimensión ideológica que tenían en la época soviética", añadió.

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