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Salud

La retirada de los cubanos de Más Médicos deja en estado 'crítico' la atención en zonas remotas de Brasil

En el estado de Amazonas el 77% de las plazas dejadas por los cubanos 'nadie las quiere', dice un voluntario.

Brasilia

Casi un mes después de que el Gobierno cubano anunciara el retiro de 8.332 galenos del programa Más Médicos de Brasil, la atención sanitaria es "crítica" en algunas de las zonas más remotas del país, mientras que la mayoría de las grandes urbes no han sentido el impacto de su salida, según voluntarios entrevistados por EFE.

La Habana ordenó el pasado 14 de noviembre la suspensión de su participación en el proyecto en Brasil a raíz de unas declaraciones y condiciones del presidente electo del país, Jair Bolsonaro, que calificó de "inaceptables".

Bolsonaro calificó a los profesionales de la Isla como "esclavos" de una "dictadura". Entre otras cuestiones, exigió que recibieran íntegramente su salario (el Gobierno se quedaba con el 75%) y que pudiera tener a sus familias en territorio brasileño.

El choque desencadenó el precipitado abandono de los médicos cubanos de los puestos de salud de Brasil ante la operación retorno decretada por La Habana. Como respuesta, el actual Gobierno, presidido por Michel Temer, lanzó un concurso para que otros doctores suplieran estas ausencias.

Prácticamente todas las plazas han sido seleccionadas por algún médico, pero menos de la mitad de los profesionales se han presentado por el momento en los municipios escogidos y aún quedan un centenar de puestos en los que no se ha inscrito nadie, todas ellas correspondientes a zonas de alta vulnerabilidad, especialmente en el norte del país, según el reporte de EFE.

Es una realidad muy diferente a la de grandes centros urbanos como Sao Paulo, donde se han inscrito facultativos para casi todas las plazas, mientras que otros profesionales han sido contratados de urgencia a través de acuerdos con hospitales privados.

No existe esta posibilidad en zonas del estado de Amazonas, al que corresponde el 77% de las plazas que nadie quiere y que ahora está viviendo una situación "muy crítica", tal y como las califica Jnna Andrade, voluntario del Consejo Indigenista Misionero que trabaja con comunidades del este del estado.

"No existen médicos; ni brasileños ni cubanos, no hay ningún tipo de atención médica", es el tajante balance de la situación que hace Andrade en una conversación telefónica con la agencia española.

"Antes de que llegaran los médicos cubanos había problemas, y ahora que se han ido, los mismos problemas vuelven", agrega.

Para recibir la asistencia más básica, los habitantes de estas regiones ahora tienen que desplazarse hasta 80 kilómetros para ser atendidos en ciudades más grandes por médicos brasileños, "que también son pocos", dice Andrade, y en el caso de necesitar atención de urgencia, las distancias se alargan hasta los 400 kilómetros.

Según el testimonio del misionero, la población indígena del este de Amazonas ha quedado exenta de atención sanitaria de "media y alta complejidad", por lo que sus opciones son muy reducidas: "Reciben cuidados paliativos provisionales y a veces corren mucho riesgo de vida porque siguen enfermos o pueden morir".

El presidente del Consejo de Secretarios Municipales de Salud del Estado de Amazonas, Januário Neto, califica la situación de la región como "de emergencia".

"Nadie quiere venir aquí", lamenta Neto, que es secretario de Salud del municipio de Manaquiri (Amazonía), en referencia al centenar de plazas a las que aún nadie se ha apuntado.

'Sin ningún tipo de impacto'

A casi 3.000 kilómetros dirección sur, la ciudad más poblada del país, Sao Paulo, vive una realidad muy distinta, en la que la salida de los médicos cubanos que allí trabajaban no ha tenido "ningún tipo de impacto" en la atención sanitaria, según uno de los supervisores de Salud de la ciudad, Wagner Gonçalves.

Según explica el técnico, el Gobierno municipal realizó contrataciones de urgencia con los hospitales privados con los que normalmente cooperan y los nuevos médicos se incorporaron con inmediatez a sus puestos, una gestión habitual de "una estructura médica fuerte" que hace posible que "nadie se quede sin atención".

La Unidad Básica de Salud Jardim Vitória, ubicada en uno de los barrios más carentes del este de Sao Paulo, Cidade Tiradentes, despidió el pasado 21 de noviembre a sus dos únicos médicos, que eran cubanos, pero la dirección y sus trabajadores aseguraron a EFE que todo continuó funcionando igual los días siguientes, con nuevos médicos del hospital privado Santa Marcelina.

Con alrededor de 100 plazas aún vacantes, el ministro brasileño de Salud, Gilberto Occhi, reconoció que los territorios indígenas son una prioridad, por lo que, como "plan B", el Gobierno pretende abrir un nuevo concurso para atraer más médicos.

Esta vez, se ampliarán los requisitos para que puedan inscribirse brasileños formados en el exterior y extranjeros, y Occhi señaló que estas y más alternativas se transmitirán al equipo de transición del futuro Gobierno, que se hará efectivo el próximo 1 de enero bajo el mando de Bolsonaro.

Según ha confirmado DIARIO DE CUBA, hasta el pasado lunes, 3 de diciembre, 3.018 médicos habían regresado a La Habana, pero 850 no habían embarcado de vuelta a Cuba en los vuelos programados por el Gobierno de Díaz-Canel.

La cifra significa que, a pesar del control y la presión de las autoridades, un 22% de los médicos ha optado por independizarse del control político cubano, afrontando el castigo de no poder volver a la Isla ni ver a sus familiares en ocho años.

En la investigación que actualmente desarrolla sobre la industria cubana de exportación de médicos, DIARIO DE CUBA reveló los cables diplomáticos de la embajada brasileña en La Habana, relacionados con las negociaciones entre Cuba y Brasil para iniciar el programa Más Médicos, en el año 2012, bajo la presidencia de Dilma Rousseff.

Según demuestran esos cables, las negociaciones sobre el programa se llevaron en secreto para evitar posibles trabas en el Congreso brasileño y de parte de la comunidad médica de ese país.

Los cables también demuestran que los médicos cubanos fueron "contratados" para trabajar, y que no eran "becarios", tal y como posteriormente adujo el Gobierno cubano para justificar el hecho de que se quedara con más del 70% del salario de los médicos, una decisión para la que se implicó a la Organización Panamericana de la Salud, que también retuvo un porciento.

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