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Exilio

Muere Luis Posada Carriles

El anticastrista cubano tenía 90 años. 'Llevaba enfermo bastante tiempo', según su abogado.

Miami

El controvertido anticastrista Luis Posada Carriles, acusado de graves atentados terroristas, murió este miércoles por la mañana, informa el diario miamense El Nuevo Herald. Según la AP, estaba en un hogar del Gobierno estadounidense para veteranos de guerra en el condado de Broward, Florida. Había cumplido 90 años en febrero.

El canal de televisión Telemundo 51 también confirmó la muerte citando una fuente cercana a Posada Carriles.

"Ya venía enfermo bastante tiempo", dijo su abogado, Arturo Hernández, quien señaló las 5:00AM como hora del fallecimiento.

Su salud se había deteriorado por un cáncer de la garganta y en 2015 sufrió varias fracturas en un accidente automovilístico.

"Lo siento mucho porque yo pasé cinco años de mi vida defendiéndolo y en ese tiempo se manifestó como una gran persona, por lo menos trató de hacer algo por Cuba", dijo Hernández, citado por El Nuevo Herald.

Posada Carriles, quien fue agente de la CIA, era considerado un héroe por muchos exiliados cubanos, por su participación en la fallida invasión de Bahía de Cochinos y otros intentos de derrocar a Fidel Castro.

La Habana y Caracas —que en varias ocasiones solicitó su extradición— lo consideraban un terrorista autor intelectual del derribo de un avión de Cubana de Aviación en Barbados, en octubre de 1976, que dejó 73 muertos. El Gobierno cubano lo acusaba además de varios planes para matar a Fidel Castro.

Pero "si había una obsesión" en Luis Posada Carriles no era Fidel Castro sino "la libertad de su pueblo cubano", dijo a la agencia EFE Arturo Hernández.

"Siempre se consideró un individuo totalmente comprometido con la defensa y libertad de Cuba", añadió.

Recordó que días después de la muerte de Fidel Castro, el 25 de noviembre 2016, recibió una tarjeta de Posada Carriles en la que se le veía sentado junto a un árbol de Navidad.

Según Hernández, la tarjeta decía "mi primera Navidad sin Fidel".

El abogado dijo que Posada Carriles era la persona más positiva que conoció y que tenía un "sistema nervioso" como no ha visto otro, pues jamás perdía el control.

Al conocerse la muerte del anticastrista, la estación de radio La Poderosa, un bastión del exilio histórico en Miami, hizo un minuto de silencio.

Luego de pasar por el Ejército estadounidense entre 1963 y 1964 y alcanzar el grado de subteniente, Posada Carriles fue reclutado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en abril de 1965 como instructor en un centro de entrenamiento en Florida.

Trabajó para la CIA entre 1965 y 1967, y luego entre 1968 y 1976 como informante dentro de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), en Venezuela.

Fue encarcelado en Venezuela por la voladura del avión de Cubana, pero logró escapar y en Estados Unidos nunca fue acusado por ese motivo. Hasta su muerte, negó su participación en el atentado. También salió libre de acusaciones de violar la ley de inmigración estadounidense en conexión con su papel en los atentados contra hoteles y sitios turísticos en Cuba en 1997.

"No queríamos lastimar a nadie", declaró al respecto. "Solo queríamos hacer un gran escándalo para que los turistas ya no vengan", dijo al diario The New York Times en 1998. "No queremos más inversión extranjera".

Posada Carriles fue condenado en Panamá en el año 2000 después de que Fidel Castro lo acusara de liderar un complot para asesinarlo en ese país. La presidenta Mireya Moscoso lo indultó tras cumplir cuatro años en la cárcel. Luego viajó a El Salvador y de ahí entró a Estados Unidos en 2005 de manera ilegal, por lo que debió enfrentarse a la justicia de ese país.

Fue absuelto en 2011 de 11 cargos de perjurio, fraude y obstrucción de procedimiento por un tribunal de inmigración de Texas y desde entonces vivía retirado en Miami.

En 2005 había encarado un proceso de deportación en El Paso, Texas, y el Departamento de Seguridad Interna lo declaró un "riesgo a la seguridad nacional de Estados Unidos".

Su deportación a un tercer país que no fuera Cuba ni Venezuela —donde las autoridades estadounidenses consideraron que no había garantías legales para un juicio en su contra— nunca se realizó.

Según un memorando desclasificado de la CIA, Posada Carriles también fue utilizado como "fuente de información sobre las actividades de los exiliados cubanos".

 

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