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Política

El Museo de la Revolución hace un hueco para la gigantesca gorra verde olivo de Fidel Castro

Como anunciaron las organizaciones procastristas que donaron la pieza, el atributo se paseó antes en el desfile del Primero de Mayo.

La Habana

Representantes de las organizaciones procastristas Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba (MASCuba) y de la Unión de Residentes Cubanos en Argentina (URCA) entregaron el jueves al Museo de la Revolución, una réplica de la gorra verde olivo que usaba el difunto Fidel Castro.

Según recogió la edición digital de la emisora estatal Radio Habana Cuba, la pieza donada está hecha en metal, pesa 30 kilogramos, tiene casi dos metros de largo y 60 centímetros de alto y fue confeccionada por el artesano Mario Garabello.

Alberto Mas, miembro de MASCuba, declaró que la idea de reproducir a gran escala la gorra del dictador surgió en Buenos Aires, "durante una conversación entre amigos", en presencia de Ramón Labañino, uno de los cinco espías que cumplieron prisión en EEUU.

"En aquella charla, hace casi un año y medio, Héctor Gutiérrez, coordinador de la URCA, propuso la iniciativa como homenaje a Fidel Castro, y comenzaron los trabajos en la localidad de Carmen de Arico, con el apoyo de trabajadores que donaron chapas metálicas", dijo Mas.

Como anunció el pasado noviembre, cuando la gigantesca estructura fue enviada a la Isla, el simpatizante del régimen dijo que además tuvo que ser construido un andamio de dos metros de alto para colocar la gorra, "y con él se desfiló en la marcha de este Primero de Mayo en la Plaza de la Revolución José Martí".

"Para nosotros fue concretar un homenaje que representa el amor del pueblo argentino hacia Cuba, porque tenemos una historia en común, una vida en común. Cuba se convirtió en la primera trinchera de resistencia frente al imperio norteamericano, por eso nuestro agradecimiento a la Revolución y nuestra decisión de hacer este homenaje", señaló.

Mario Garabello fue el encargado de firmar el acta de entrega de la gorra recibida por José Andrés Pérez Quintana, director del Museo de la Revolución, antiguo Palacio Presidencial.

Si se sigue cumpliendo el cronograma, la monstruosa gorra, otro de los elementos rituales de la ideología del régimen, tendría que salir en peregrinaje por toda la Isla hasta Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, donde se encuentra la piedra con los restos de Fidel Castro.

Aunque después de la muerte del dictador el Gobierno cubano limitó por ley el uso de su nombre e imagen en Cuba, la figura del gobernante no ha dejado de utilizarse y ensalzarse.

Castro falleció el 25 de noviembre de 2016 a los 90 años. Desde entonces no hay actividad, congreso o celebración en la Isla o en la que esté vinculada una delegación del Gobierno cubano en el exterior que no incluya un homenaje a él.

 

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