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Periodismo

Cuando 'Granma' defiende a la población

Si hay quejas, los problemas tienen responsables, pero estos nunca serán los jefes más altos.

La Habana

La publicación de un artículo titulado "La cara perniciosa del silencio" en el diario oficial Granma podría parecer inadecuada a los mandamases del castrismo por estos días. Eso si su autora, Leidys María Labrador Herrera, hiciera alguna mención al proceso de selección de dirigentes en Cuba y cuestionara sus lagunas y omisiones, quizás el más pernicioso de los silencios que en este momento tienen lugar.

No lo hace, y la cita de un fragmento de su artículo permite comprender el sentimiento que inspira al conjunto: "Quien haya visto las sesiones del Parlamento o escuchado los discursos del general de ejército Raúl Castro, sabrá que se valora con transparencia y crudeza la realidad de la Isla, y se reconocen sin tapujos los errores cometidos. Si existe esa voluntad desde la más alta dirección del país, no es admisible que en los escalones intermedios todavía no exista plena conciencia de ello".

El artículo de Granma arremete contra el silencio institucional con que se ofende a no pocos ciudadanos —entre ellos a una persona que inspiró el texto con su testimonio— cuando resultan privados de los servicios a los que tienen derechos. Responsabiliza, sin embargo, a segundones, cuadros relegados, responsables parciales, nunca a sus jefes, muchos de los cuales ocupan una silla del parlamento que afirma ella "valora con transparencia y crudeza la realidad de la Isla".

Dejar a la elite del castrismo al margen de la responsabilidad de nuestros vicios institucionales es una moda persistente del periodismo oficial. No se refiere el artículo a Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubaFarma desde marzo de 2017 y recién electo diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. BioCubaFarma es la principal empresa productora de medicinas para el consumo nacional y la exportación, que se cuenta entre las responsables de que nuestras farmacias carezcan, desde hace ya varios años, de un número importante de los medicamentos esenciales a la población.

En diciembre de 2015, cuando todavía Eduardo Martínez era vicepresidente de la empresa y estaba lejos de ser diputado, la periodista Yaditza del Sol lo entrevistó para el diario Granma a propósito de la falta de medicamentos. Se afirmaba en su artículo "BioCubaFarma habla sobre abastecimiento de medicamentos en el país" que había sido un mal año para los diabéticos, hipertensos, enfermos de cáncer y cardiópatas, pero se aseguraba también que se estaba en "un proceso paulatino de recuperación". Según Eduardo Martínez "más del 90% del plan de importaciones está en vías de contratación, y si se logran completar estos acuerdos entre lo que queda de año y principios del próximo, se podrá garantizar un alto nivel de abastecimiento de los fármacos".

Los acuerdos no lograron completarse, la población siguió padeciendo la falta de medicinas y dos años después, en el artículo "Con la vida no hay invento", aparecido también en el diario Granma, se afirmó que la causa fundamental de la carencia de medicamentos era "la falta de financiamiento oportuna para pagar a los proveedores, con los cuales se negocia la adquisición de las materias primas, materiales de envases e insumos".

Ninguno de los dos artículos explica quién es el responsable de que por años haya problemas con el financiamiento y las negociaciones imprescindibles para proveer a la población de un listado de medicamentos de por sí limitado y desactualizado. En ambos artículos se entrevista a Eduardo Martínez Díaz, pero en ninguno de los dos se atribuye responsabilidad alguna a la presidencia de la empresa, al Ministerio de Salud Pública o al Gobierno, y pareciera que el déficit de financiamiento o la mediocridad en las negociaciones se deba a entes ajenas a la vida humana.

Hablando de seguridad social

Leidys María Labrador no cuestiona el silencio en torno a esta interrogante, pero en su lógica, los responsables son los vicepresidentes de la empresa, los subdirectores de laboratorio o los estibadores del puerto nunca, claro, su presidente y diputado Eduardo Martínez Díaz.

Tampoco se refiere la periodista a Margarita Marilene González Fernández, ministra del Trabajo y Seguridad Social desde 2009, año en que comenzaron recortes de gran magnitud en la asistencia a los desamparados hasta conseguir, para 2014, un 60% de reducción en el presupuesto de seguridad social respecto de aquel en que principió su mandato.

En materia laboral la ministra no se quedó atrás, y en 2010 firmó la Resolución 35/2010 que no es otro que el Reglamento sobre el tratamiento laboral y salarial aplicable a los trabajadores disponibles e interruptos —en su texto se cuida de poner desempleados— que, en su artículo 18, establece por toda protección para el trabajador que es dejado sin empleo, un mes de salario íntegro.

Solo si el trabajador puede probar haber trabajado entre diez y 19 años recibe por otro mes el 60% del salario que le correspondía por su empleo perdido, y así hasta el quinto mes en caso de haber trabajado por más de 30 años, fecha en que si el trabajador no ha logrado emplearse, "se da por terminada la relación laboral".

Tales recortes han tenido lugar en Cuba sin el menor murmullo de un parlamento que se afirma de izquierdas y un periodismo que equipara con "la voz de los pueblos"  la algazara histérica de la sociedad servil castrista en la recién finalizada Cumbre de Perú. Ese silencio, para Leidys María Labrador, no tiene nada de pernicioso.

Tampoco se refiere la periodista de Granma a Guillermo García Frías, sempiterno diputado electo por el municipio de Pilón, fundador y director de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna (ENPFF), más conocida como Flora y Fauna. En la actualidad, según el sitio oficialista EcuRed, la empresa tiene entre sus misiones "producir ejemplares con capacidad para el trabajo ganadero, agrícola, vacuno (alta producción en leche y carne), para el deporte, la recreación, así como la comercialización interna y externa".

Relacionada con Flora y Fauna aparece ALCONA, una sociedad mercantil que exporta peces tropicales, carbón y caballos de salto, para vender los cuales prepara eventos a los que asisten "criadores y amantes de esta raza en Latinoamérica".

En una población cuya dieta carece desde hace mucho del tipo de carne que comercializa Flora y Fauna no estaría de más que la principal figura de este consorcio hablara alguna vez de sus proyectos para alimentar a la población cubana y proveer caballos de salto a los sartenes de alguna madre disponible por el decreto ley 35/2010 y dependiente de medicamentos en falta.

Nada de ello lo vamos a escuchar, ni de Guillermo García, ni mucho menos en forma de cuestionamiento de Leydis María Labrador. Más fácil es para ella y toda una sarta de periodistas golpear la honra y el orgullo de personas obligadas a recibir en silencio tales ofensas, desde que hace muchas décadas fueron despojadas del derecho a labrar sus fortunas trabajando y decidir con su voto quiénes son sus representantes políticos.

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