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Construcción

Operarios indios y pakistaníes continuarán ganando miles de dólares en las construcciones de GAESA

Realizan labores de acabado en el hotel Packard y han retomado el trabajo en el hotel Prado y Malecón.

La Habana

Trabajadores indios y paquistaníes están reforzando las labores de acabado del hotel Packard, cuya fecha de inauguración fue pospuesta para el próximo mes de agosto, luego que los incumplimientos del cronograma constructivo obligaran al consorcio militar GAESA a dilatar la apertura prevista para el pasado 2017.

Las labores se activaron a partir de diciembre, después que las constructoras Bouygues y Unión de Construcciones Militares (UCM) se vieran obligadas a dar un espaldarazo a las labores de reparación de la hotelería regenteada por las fuerzas armadas y dañada por el huracán Irma en el cayerío al norte de Camagüey, Ciego de Ávila, Villa Clara y el balneario de Varadero.

En diciembre se restableció completamente el doble turno de trabajo (7:00 am-1:00 am) notándose sustanciosos avances en la colocación de las vidrieras del Packard y las obras civiles del hotel Prado y Malecón, al que agregaron, en apenas dos meses, tres niveles más para sumar seis de un total de 12, según maqueta.

Acorde a las fuentes, que solicitaron el anonimato, los trabajadores paquistaníes contratados se encargan de la carpintería de aluminio del Packard; entretanto, los indios asumen las labores de acabados en la modalidad de revoques de masilla, electrificación, plomería y otros.

"Trabajan como burros", asevera un joven constructor, que cumple el servicio militar general (SMG) en una de las unidades de la empresa Cayo Santa María de la UCM y solicitó el anonimato. Agrega que a los asiáticos se les ve masticar una semilla oscura que manchan sus denticiones (mescla de nuez de areca, hoja de betel y tabaco), un estimulante que inhibe el cansancio, aclarando "que el pago de más de 2.000 dólares mensuales es la otra 'droga' que los estimula a aumentar su eficiencia en el trabajo" (un sueldo 20 veces superior al devengado por el constructor estatal mejor pagado en la Isla).

Al parecer, las críticas expuestas por la prensa internacional al trabajo esclavo al que fueron sometidos los reclutas del SMG destinados a laborar en las construcciones hoteleras de GAESA dieron sus frutos, pues señala la fuente, que Bouygues y UCM han modificado la política salarial destinada a los soldados. Ahora "los reclutas que dominamos oficios podemos ganar hasta 4.000 pesos mensuales (166 CUC), y los no calificados 2.000 pesos (83 CUC)", apunta.

Indios y paquistaníes para rato

A pesar del ambiente tenso en la relaciones Cuba-EEUU, tras el cambio de política del presidente Trump y los indescifrables ataques "acústicos" a diplomáticos, los cuales han generado una drástica disminución del turismo norteamericano, GAESA aspira a elevar su fondo habitacional con las inauguraciones de los hoteles Packard y Prado y Malecón a 508 habitaciones, inventarios que totalizarían un guarismo de 754 ofertas con servicio de cinco estrellas en el centro de la Habana, al sumarle las 246 habitaciones del Manzana de Gómez, todas enclavadas en uno de los polos más demandados por el turismo internacional.

El Gran Hotel (Hotel de las 100 habitaciones) aún está en labores de cimentación y en el Regis no han iniciado los trabajos de reconstrucción, capacidades que engrosarán en un futuro el inventario de la inmobiliaria ALMEST y la hotelera Gaviota, ambas subsidiarias de GAESA.

Es de suponer que los indios y paquistaníes contratados por Bouygues y UCM les quedan bastante trabajo y dinero por ganar en la Isla. El déficit nacional de mano de obra calificada se ha agudizado a causa de la emigración obrera desde el sector estatal al cuentapropista en busca de mejores incentivos, aunque el tabú de "la acumulación de riqueza" ―una suerte de prohibición ideológica― no permitiría jamás que un trabajador cubano gane lo mismo que un obrero indio o pakistaní, a pesar de tener la misma experiencia y habilidades en el oficio.

Según los catálogos, la constructora Bouygues (BBI) alardea de imponer en los países donde presta servicios la contratación del 43% de trabajadores extranjeros y 57% de nacionales, pero en Cuba han disimulado esos pavoneos. La opinión pública desconoce la verdadera proporción.

Chinos a la vista

En el litoral capitalino fue tapiado perimetralmente un espacio localizado en las calles 1ª entre C y D, en el Vedado, donde los martinetes abren los hoyos para las cimentaciones de un futuro hotel que será construido con capital chino.

Otro hotel será edificado en los hoy terrenos de béisbol del otrora Vedado Tennis Club (CSO José Antonio Echeverría) e igual propósito se persigue en el terreno aledaño al centro nocturno Johnny Dream (Rio Club), en calle A de la barriada de Miramar, adonde recientemente unas vallas anunciaban la construcción de la nueva embajada de Qatar en Cuba, rótulos ya retirados.

Sospechamos que la mano de obra china se encargue de las labores de acabados en los proyectos citados, tal como indios y paquistaníes hacen en los hoteles remodelados y construidos por la dupla Bouygues/UCM en La Habana, debido al déficit nacional de mano de obra calificada y las prohibiciones que excluyen a los trabajadores cubanos. Todo un apartheid laboral.

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