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Sociedad

'Escombros', así consideran los guías turísticos cubanos a los vacacionistas nacionales

'Ese maltrato entre cubanos nos lo vacunaron hace años, como el caramelito de la Antipolio', responde el humorista Luis Silva.

La Habana

"Para los guías turísticos, los cubanos son un viaje de escombros", dijo el chofer de un ómnibus a vacacionistas que iban a pasar dos noches en el Meliá Jardines del Rey, en la cayería norte de Ciego de Ávila, escribió esta semana el periodista oficialista Hugo García en el diario oficial Juventud Rebelde.

García narró una experiencia vivida por él y su familia, invitados por unos amigos al hotel.

"Llega el ómnibus y el guía dice que él no va, que no hay mucho que contar en ese trayecto. El chofer precisa que no sabe cómo llegar a ese lugar. Al reservar en el Buró de Turismo hubo que pagar por varios asientos vacíos, porque de lo contrario no salía el ómnibus, y también por el servicio de guía, que ahora no tendríamos. Un viaje un poco azaroso, preguntando, fijándonos en los carteles informativos de tránsito", relató García.

Ante las protestas, el chofer, soltó la frase despectiva que los dejó "perplejos". Explicó que los guías consideran a los nacionales "escombros" porque "no dan propinas ni nada y a veces se ponen malcriados".

El periodista consideró el término "humillante, casi surrealista, que estigmatiza" a los cubanos.

Añadió que en el hotel luego "hubo sus desavenencias también", pues colocaron a los cubanos "en un bloque que no estaba preparado y que fue activado ante la avalancha de casi 2.000 turistas".

"Los cubanos se hacían notar, y el trato hacia aquellos de apariencia foránea se diferenciaba lo mismo en la barra que en el restaurante bufé. Incluso, escuché a una joven criolla protestarle al cantinero ante la demora para atenderla, mientras él se desvivía en sonrisas y floreos con los extranjeros que llegaban después que ella: 'se ve que yo no tengo los ojos azules", le increpó la muchacha", contó García.

"Cómo es posible que acabemos haciéndonos sentir mal entre nosotros mismos, lacerándonos la autoestima, esa con la que hemos lidiado con tantos demonios, incluyendo los de las subestimaciones de algún arrogante extranjero", lamentó el periodista.

Según García, "para colmo" en los televisores de pantalla plana del hotel se pasaba un vídeo promocional con el actor Omar Franco —que interpreta al personaje de Ruperto en el programa humorístico Vivir del cuento—, "quien todo el tiempo se asombraba ante cada oferta".

Otro actor de ese mismo programa de televisión, Luis Silva, quien interpreta a Pánfilo, se refirió al artículo de García en su sitio en Facebook.

"¿Entre cubanos, qué valor nos damos? Ninguno", escribió Silva. "Lo que cuenta este artículo es bobería al lado de todas las cosas que pueden hacer los extranjeros y no los cubanos", criticó.

"El propio Ministerio de Turismo tiene directivas discriminatorias con los cubanos. Podemos hospedarnos en un hotel, pero no podemos coger un catamarán con motor, no puedes hacer uso de medios náuticos motorizados. ¿Por qué? No se sabe. Jajajaja. Da gracia. Así está escrito. Lo he leído en las ofertas de Cubanacán para cubanos", aseguró.

"Si una entidad importante del Estado es capaz de crear esas diferencias, qué importa que un simple guía de turismo nos considere 'escombros'", preguntó.

"Somos potenciales terroristas, que a lo mejor nos da por robarnos el catamarán para ir al Walmart de Hialeah a comprar", ironizó Silva.

"Las diferencias entre cubanos y extranjeros las ha creado el propio país", advirtió. Si querías un celular, la línea te la tenía que sacar un extranjero. A hoteles no se podía ir. En las mejores tiendas (diplotiendas) el cubano no podía comprar. ¿Sigo? ¿De qué estamos hablando? ¿La vamos a coger ahora con un barman de hotel? ¿O con un guía de turismo?", razonó.

"Ese maltrato entre cubanos nos lo vacunaron hace años, como el caramelito de la Antipolio, eso está en sangre y estará por mucho tiempo más", concluyó Silva.

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