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Economía

La falta de claridad sobre el fin de la dualidad monetaria genera incertidumbre entre los cubanos

'Todo el pueblo está alarmado, máxime si cada día se presenta mayor escasez de productos de la canasta básica', dice una ingeniera.

La Habana

Los días de la convivencia de dos tipos de moneda en Cuba están contados, según las autoridades, que han señalado la unificación como una prioridad para este año. La medida es quizás la más difícil dentro de las reformas económicas iniciadas por el régimen en 2008 en busca de su supervivencia.

Mientras especialistas califican de urgente la unificación para un despegue de la economía, muchos se preguntan cómo se realizará ese proceso y cuál será su impacto en la sociedad, en especial en los grupos más vulnerables, como los jubilados, reporta IPS.

"Esta medida, dependiendo de cómo se establezca, será bien o mal aceptada", dijo la ingeniera industrial Maricelys Martínez, quien trabaja en una empresa estatal de Cienfuegos.

Durante la aguda crisis de los años 90, cuyos efectos persisten hasta hoy, se introdujo el peso convertible CUC, una moneda que el Gobierno equipara dólar pero solo tiene valor dentro de la Isla. Desde entonces circula junto al devaluado peso cubano (CUP).

Las varias tasas cambiarias entre las dos monedas oscilan de uno por uno hasta un CUC por 25 CUP.

La compra de un CUC para las personas naturales a través de bancos y las casas de cambio se sitúa en una tasa fija de 24 pesos cubanos y la venta en 25, mientras que dentro del sector empresarial estatal existen otras tasas.

De ahí que el fin de la dualidad monetaria alcance a cada resquicio de la vida cubana.

"Todo el pueblo está alarmado con esta situación, máxime si cada día se presenta mayor escasez de muchos productos de la canasta básica", comentó Martínez. "Muchos hogares se sienten desprotegidos ante el alza de los precios, que se ha hecho insostenible e incide directamente en ancianos, madres solteras, etc.", añadió.

Consideró que la unificación monetaria "no es urgente ni tan necesaria mientras no exista estabilidad económica". No obstante, dijo que confía en que las autoridades "tomen todas las medidas pertinentes para afectar lo menos posible al pueblo".

Los focos sobre el fin de la dualidad monetaria se encendieron el 21 de diciembre, cuando Raúl Castro dijo en la última sesión de 2017 de la Asamblea Nacional: "debo reconocer que este asunto nos ha tomado demasiado tiempo y no puede dilatarse más su solución".

"Aunque la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria por sí misma no solucionará mágicamente todos los problemas acumulados en la economía cubana, constituye el proceso más determinante para avanzar en la actualización del modelo económico", dijo el general, sin dar detalles sobre la implementación.

De hecho, más allá de la urgencia que economistas asignan a la medida, se desconoce si Castro pretende dejar este crucial tema resuelto antes de abandonar la cabeza del Gobierno en abril, según ha prometido.

Sí trascendió tras su discurso en la Asamblea Nacional que un equipo de más de 100 especialistas trabaja para acabar con la dualidad monetaria, que ha provocado graves distorsiones a la economía y, peor aún, impide la transparencia en los cálculos de los balances empresariales, las cuentas nacionales y el presupuesto del Estado.

"En cuanto al impacto en la sociedad cubana, ahí tengo grandes dudas", dijo una ingeniera química retirada de la capital. "Creo que va a afectar al sector más pobre de la población, en especial a los jubilados como yo", estimó la mujer que pidió no dar su nombre.

"El pueblo piensa que la unificación favorecerá especialmente a los que trabajan para el Estado, sean profesionales, técnicos o trabajadores", declaró el dramaturgo Ulises Rodríguez, quien vive en Matanzas. "Debe darle valor al trabajo y mejorar el nivel de vida del ciudadano", consideró.

Para el jubilado Rolando López, se deben tomar otras medidas para lograr el objetivo final, que es "una adecuación razonable entre salarios, precios y ganancias". La bióloga Marta Elena Herrera lamentó: "productos sacados de la tierra que nos vio nacer, debo pagarlos en una moneda que no es con la que a mí me paga el Estado".

Según IPS, a su manera todos los consultados se refirieron a la desigualdad social que expresa la doble moneda.

El CUC está en manos principalmente de quienes reciben remesas del exterior, tienen empleos en compañías extranjeras y el sector privado. Mientras el CUP es la moneda de pago del Estado, el principal empleador. El salario mensual promedio de la Isla equivalente a 30 dólares.

Investigadores observan un "aumento de la pobreza y desigualdad", que se acentúa en grupos con desventajas históricas como las mujeres, la población negra, los ancianos y los residentes en la zona oriental del país, con los más bajos niveles de desarrollo.

"El impacto social pudiera venir no tanto del regreso a una sola moneda (el CUP) sino de una unificación de las tasas de cambio que estaría acompañada de una devaluación del CUP", explicó a IPS el economista cubano Pedro Monreal, que actualmente reside en Jamaica y es autor del blog El Estado como tal.

Monreal especificó que, "cuando se ponga fin a la ficción actual de una tasa oficial en la que el CUP equivale a un dólar estadounidense, automáticamente se incrementará el valor en pesos cubanos de cada producto importado", en un país que compra en el exterior hasta 70 por ciento de los alimentos que consumen sus 11,2 millones de habitantes.

"Ese es un daño potencial que no se produce automáticamente", subrayó, por eso "no puede anticiparse lo que ocurrirá exactamente".

"Existen mecanismos de compensación que dependerían de una combinación de voluntad política y de la disponibilidad de medios para intervenir en el mercado y poder contener el alza de precios", agregó.

A juicio de Monreal, el Gobierno da "prioridad política (…) a preservar el bienestar social".

"Sin embargo, en el plano de los medios disponibles, la cuestión es menos clara y existen discrepancias entre los especialistas", alertó y mencionó alternativas como subsidios y redistribución de ingresos en divisas.

La crisis perenne de la economía cubana se ha agravado en los últimos años con el deterioro de la situación en Venezuela, que fue el principal socio comercial de La Habana y abastecedor de crudo a precios preferenciales. Se suman habituales problemas internos como baja productividad y el embate en septiembre de pasado del huracán Irma.

El 22 de octubre de 2013, el Gobierno informó sobre el inicio de un cronograma para realizar, en un plazo sin precisar, la unificación monetaria y cambiaria.

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