El diario estatal Granma culpó del deplorable estado de los hospitales en Cuba al "descuido" y la "indisciplina", que se reflejan en la "depredación" de materiales. También se refirió a frecuentes problemas de higiene debido a la obstrucción de tuberías y la mala gestión de los desperdicios alimenticios.
"La calidad de la atención hospitalaria depende, en buena parte, de la infraestructura, pero el descuido y la indisciplina pueden opacar los esfuerzos que se hacen al respecto", señala el medio sobre un fenómeno, que "lamentablemente se repite" en todo el país.
Los ventanales, las griferías y hasta las tomas de corriente e interruptores son objeto de robo en hospitales como el Lucía Íñiguez Landín, de la provincia de Holguín, empleado en el artículo para ilustrar el problema, según precisó EFE.
Para el director del hospital, Luis Manuel García, las recientes inversiones para mejorar ese centro "se ven ensombrecidas por indisciplinas sociales y vulgares hechos delictivos que socavan la buena marcha del hospital y conducen al empleo de sumas adicionales de dinero".
A finales de 2016, el centro tuvo que reponer "llaves y latiguillos de lavamanos, difusores de duchas, luminarias y tomacorrientes". Según el subdirector administrativo, Salvador Copping del Toro, "gran parte de ellos fueron sustraídos por personas inescrupulosas".
La que calificó de "depredación" afectó incluso a los grandes ventanales, cuyo robo "sugiere acciones premeditadas por los delincuentes, con el empleo de herramientas y el estudio detallado de los sitios y rutas de entrada y salida", denunció Granma.
Ante la falta de personal de vigilancia nocturno, el hospital ha instalado cámaras de seguridad y rejas en algunos accesos que de momento han eliminado el robo de cristaleras.
Sin embargo, pacientes y acompañantes citados en el reportaje también señalaron como autores de los robos al propio personal de los hospitales, "algunos de cuyos miembros pueden haber encontrado una forma de lucrarse".
A los hurtos se suman los problemas de higiene debido a malas prácticas como "el vertimiento de restos de comida y de otros desechos" en los lavabos y váteres, que provocan atascos en las tuberías. Del interior de estas, el personal del hospital ha sacado desde huesos a trapos, compresas higiénicas, plásticos y papeles.
"Las obstrucciones de las redes de desagüe originan la suspensión del suministro de agua, que afecta a su vez a la higiene personal de los pacientes y el funcionamiento en general del centro", opinó el órgano del Partido Comunista.
También se arrojan desechos y restos de comida por las ventanas, lo que tapona los desagües de las cubiertas de las plantas inferiores, provocando goteras y filtraciones en el interior del hospital.
Por ello, el hospital se plantea eliminar el permiso que actualmente tienen los acompañantes de los pacientes para acceder al centro de salud con alimentos.
La cuestión fundamental, como admitió Granma, es que la instalación carece de un sistema de recogida de restos alimenticios, algo que también "compromete" la higiene de las salas: "el personal que sirve la comida a los ingresados es el que recoge las sobras por iniciativa propia, a todas luces para alimentar animales".
El diario demandó una "enérgica respuesta popular" para revertir una situación que está enquistada por décadas de mala gestión.
En la Isla, el sistema de salud es universal y gratuito. Es una de las banderas de la propaganda del régimen de cara al mundo.
Sin embargo, el mal estado de las infraestructuras sanitarias es objeto recurrente de críticas en la Isla, a lo que se suman otros problemas como el desabastecimiento de medicamentos en el último año y medio, cuestión que ha sido reconocida por las autoridades.