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Relaciones Cuba-EEUU

'Espero que repartan sogas por la libreta para ahorcarnos todos'

Habaneros y cuentapropistas expresan preocupación ante las medidas de Washington por los 'ataques acústicos'.

La Habana

Los cubanos, que han recibido escasa información sobre el episodio de los llamados "ataques acústicos", sobre el cual desde agosto pasado reporta la prensa internacional, están en su mayoría preocupados por la decisión de Washington de suspender indefinidamente la tramitación de visados en la Isla.

Muchos critican tener que pagar una vez más por los problemas entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos. Algunos reprochan a Donald Trump y otros a La Habana.

"El pueblo cubano paga, como siempre, por las irresponsabilidades del Gobierno", dijo el panadero Candito Iznaga al enterarse, por un artículo del periódico oficial Granma, sobre las medidas que implementó el Gobierno de Estados Unidos tras meses de ataques que han afectado a una veintena de sus diplomáticos en la Isla.

Washington decidió el viernes reducir a menos de la mitad su personal en la Isla hasta que La Habana sea capaz de garantizar la seguridad de los funcionarios estadounidenses y sus familias.

"En Cuba, donde nunca se movió una hoja sin permiso del Gobierno, ahora resulta que nadie sabe qué carajo pasó con los diplomáticos americanos, pero mientras tanto las consecuencias tendremos que cargarla sobre el lomo los cubanos", afirmó Iznaga.

Muchos habaneros se quejan de la poca información divulgada en la Isla sobre un episodio ya de por sí muy misterioso que ni gobiernos ni expertos han conseguido explicar.

"Qué es un ataque acústico, cómo se hace y hasta dónde Cuba está involucrada, porque la información del Granma es una nebulosa, uno no se entera de nada, aporta poco a que entendamos el chisme", se quejó Estela Martínez, administradora de una farmacia en Playa. "Aquí no se dicen mentiras, sino que jamás se dicen las verdades".

"Según nuestra prensa este asunto viene desde finales del año pasado, pero ahora es que se hacen eco de ello", apuntó la enfermera Racheli Domínguez.

"Las medidas que estableció Trump son de 'apaga y vamos'. Ahora hay que encender velas a los santos para que se sepa pronto quién está detrás de esos ataques. Yo, que estaba en trámites de reunificación familiar, ahora mismo no sé si la embajada dará prioridad para casos como el mío".

Los primeros reportes de los llamados "ataques acústicos" datan de noviembre de 2016. El último conocido se habría producido en agosto. Los afectados han sufrido pérdida permanente de la audición, migrañas, fatiga, deficiencias cognitivas y problemas para dormir. Algunas versiones también han mencionado "lesiones cerebrales leves".

Washington y La Habana no han podido esclarecer quién perpetró los ataques ni con qué tecnología se realizaron.

"Sin la [política] pies secos/pies mojados y sin visados para la Yuma esto se pondrá negro con pespuntes grises", opinó Oscar Javier Mena, dueño de un taller de mecánica automotor, quien dice haber clasificado para el Diversity Visa Program.

"El pueblo cubano es hijo de la política y nunca será huérfano de ella. Ni a Raúl ni a Trump le importan que este pueblo desayune, almuerce y coma sueños. Uno nos utiliza para mantener su 'Revolución' y el otro nos niega la única salida de este manicomio… mejor que repartan sogas por la libreta para ahorcarnos todos".

María Luisa, maestra jubilada y encargada de un edificio en Nuevo Vedado, dijo entender que la Administración de Donald Trump quiera proteger a sus diplomáticos, pero consideró que las medidas "criminalizan al pueblo cubano".

"Cesar el otorgamiento de visas es una medida contra el pueblo, no contra los que debieron velar por la salud y la seguridad de esos diplomáticos y sus familiares. ¿A quién afectan las represalias? Mi mensaje a Trump es simple: los pueblos no deben pagar por las decisiones de sus gobiernos".

Matemáticas para el sector privado

Además de las medidas aplicadas, que podrían afectar las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, el Departamento de Estado también recomendó a los estadounidenses evitar viajar a la Isla.

"No creo que los cuentapropistas y cooperativistas salgamos afectados si dejan de venir turistas norteamericanos, porque la experiencia con los cruceros confirmó que los militares siempre tendrán el control del turismo gordo", dijo Saúl Matos, chofer de un coco-taxi.

"Todos nos hicimos ilusiones las tres veces que el Adonia entró a puerto, y todos nos quedamos como la novia de Pacheco, vestida y sin ir al baile. Los afectados serán los choferes de almendrones descapotables, porque a los Yumas les encanta pasearse en ellos por toda La Habana, pero fuera de eso no creo que ni paladares ni hostales tengan temporada baja cuando los Yumas dejen de llegar".

Bárbara Zamora, administradora de dos hostales privados en Centro Habana, cree sin embargo que una reducción del flujo de turistas estadounidenses sí afectará al sector privado en la Isla.

"Los norteamericanos saturan la capacidad de los hoteles del Estado y los turistas de otras nacionalidades tienen que optar por hospedarse en los hostales privados. Si los norteamericanos dejan de venir, entonces el Estado intentará llenar ese vacío con turismo de otras nacionalidades y por consecuencia tendremos una baja", razonó.

"Es matemática pura y Trump sabe que los militares controlan el turismo", agregó en este sentido Joel Salazar, dueño de un hostal en el Vedado.

"Ya él [Donald Trump] emitió hace poco una prohibición a las empresas americanas respecto hacer negocios con empresas manejadas por GAESA. Si se corta el turismo norteamericano, los militares no van a perder y las primeras medidas internas serán contra nosotros, vivir por ver".

"Y quienes opinan que los cubanos de a pie siempre miramos al norte y no a los responsables dentro de Cuba, se quedan a mitad de camino ante el problema: ¿a quién afecta que se congelen los otorgamientos de visados y que los americanos no vengan a Cuba?".

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