La zona 152, circunscripción del Distrito José Martí, en Santiago de Cuba, celebró su Asamblea de Nominación de Candidatos el pasado 7 de septiembre, en medio de la alerta ciclónica y sin "el entusiasmo y la alegría" que días antes Alina Balseiro, presidenta de la Comisión Nacional Electoral, había asegurado a la televisión que sentía el electorado.
Más bien primó la abulia y el desinterés. La reunión empezó tarde por la poca asistencia y el moderador tuvo que insistir para que "surgieran" las propuestas.
"¿Nadie tiene una propuesta de candidato?", repitió sin obtener respuesta varias veces, hasta que Orlando, un jubilado militante, propuso a José Domínguez, secretario del núcleo del Partido de la zona, que estaba en la reunión como observador junto a una estudiante de la Universidad de Oriente.
El mérito de Domínguez, según el jubilado, era su cargo.
Otros dos jubilados propusieran a un vecino, también miembro del partido, que rehusó "el honor" por cuestiones de trabajo, y a la delegada en funciones, quien no se encontraba presente.
Hugo que esperar a que llegara para oírle decir: "Sí, qué remedio me queda".
Al no haber más proposiciones, a pesar de la insistencia del moderador, se procedió a la votación, ganada por mayoría por la delegada en funciones.
Para cerrar la asamblea se anunció la actuación de unos niños del barrio que recitaron versos de José Martí y finalizaron coreando "Yo soy Fidel".
La mayoría de los asistentes no se quedó para ver a los niños. Los vecinos estaban preocupados por el huracán que se aproximaba y las provisiones que les faltaban.
"Oye, pudiste comprar las velas?", le preguntó una señora a una joven que se había incorporado unos minutos antes. "No —respondió esta —se acabaron. Pase por aquí y vi la reunión; me quedé porque aquí hay que estar en la línea para no marcarse".
La Asamblea de Nominación de Candidatos solo duró 23 minutos. "La gente solo quiere salir de eso", dijo otro vecino. "Los delegados no resuelven nada".