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Cuba después de Fidel

¿Qué Cuba necesitan los cubanos?

Una mirada a la nación desde los ojos de sus protagonistas.

Santa Clara

Con el propósito de reunir criterios en torno a la idea de la nación actual y la venidera, DIARIO DE CUBA entrevistó a ciudadanos cubanos residentes y emigrados, repatriados y un excluible.

Como en todo coro de voces, no se persigue un sonido monocorde, sino que intentamos armar una gran pieza nacional a partir de la pluralidad.

Sería pretencioso afirmar que lo recogido constituye una muestra completamente representativa, ni que responde estrictamente a nociones de estadísticas. No se trata de cuantificar el pueblo, de convertir la nación en datos fríos. Los datos, por sí solos, están muertos si no se articulan, si no logramos sustraerles las historias que encierran, si no podemos explicar la realidad a través de ellos.

                                                          

 

Graduado de Arquitectura por la Universidad Central de Las Villas, este santaclareño de 29 años, que trabaja en una cooperativa de la construcción, comparte su visión sobre la Cuba actual y cómo quisiera verla para los próximos años. El entrevistado prefirió ocultar su identidad.

"Quisiera tener una Cuba más próspera económicamente. En materia social tenemos algunos logros, aunque para muchas personas estos logros son ficticios. Quisiera que un profesional pudiera tener una vida normal, con un trabajo decente. No aspiro a que nos convirtamos en una sociedad del Primer Mundo, porque eso no es posible. Pero me gustaría que, para un joven cubano, fuera una posibilidad hacer futuro aquí."

El entrevistado afirma que existen "todas las formas de corrupción". Asegura que "Cuba es un país 100% corrupto".

Ernesto es ingeniero en telecomunicaciones. Tiene 44 años y reside en La Habana. Actualmente desarrolla aplicaciones telemáticas en el Ministerio de Comunicaciones. Para él, Cuba es una nación "donde la mayoría de los jóvenes sueñan con emigrar". Cree que prima en la Isla un sentimiento de individualidad y que "el éxito en la vida es proporcional a las posibilidades económicas y al nivel de consumo, independientemente de lo que hayas tenido que hacer para lograrlo".

Todas las fuentes se refirieron a los conceptos de nación y de país indistintamente, aunque no signifiquen lo mismo. Sin embargo, en algunas declaraciones pueden notarse, disueltos en el entramado de ideas, algunos rasgos de esa "nación ideal" —a veces bucólica, pero siempre alejada de la realidad actual— que quisieran encontrar en Cuba.

"La seguridad no solo es vivir en un país con poca violencia, donde no haya armas o drogas, también es importante que te den garantías laborales y económicas", explica una egresada de la Escuela Profesional de Arte Samuel Feijoó, de 27 años, que trabaja como cantante profesional en centros nocturnos de Santa Clara y en hoteles del polo turístico Cayo Santa María.

Y abunda: "Por ahora estoy económicamente estable y consigo sobrevivir con cierta dignidad, pero no sé cuánto más me vaya a durar esto porque en este país nunca tendrás garantías de nada. En ese sentido el ciudadano no tiene garantías. Y a veces, cuando te dan un respiro, aparece una ley que lo prohíbe y, ¡zas!, lo pierdes todo. Sin embargo, reconozco que hay logros sociales. Yo no quisiera vivir en un país donde tuviera que pagar por la educación o la salud de mis hijos. No sé qué pueda pasar con Cuba porque eso es impredecible. Pero me gustaría poder hablar estas cosas sin que me botaran del cayo, por ejemplo, porque los hoteles pertenecen a Gaviota y entrevistas como esta pueden traerme problemas".

Alcides Portal-Axelsson, fotógrafo cienfueguero de 28 años, graduado de Historia, cree que en Cuba "tenemos el arte de obstaculizar todo lo posible, lo realizable, lo lógico y racional inmanente de la realidad". Critica ese mantra del discurso oficial de "echarle la culpa al bloqueo cuando vienen los fracasos". Explica que "el embargo, bloqueo o aislamiento económico —como lo quieran llamar— es la justificación de todas nuestras incapacidades. Y también, pura política y lucha de contrarios, al mejor estilo hegeliano".

Sobre el panorama económico en la Isla comenta:"En Cuba, actualmente, florece el trabajo por cuenta propia, cualquier tipo, mal hecho, sin perspectiva clara de futuro ni progreso. ¿Qué industrias fuertes para la economía nacional se desarrollan? ¿En manos de quién están esas industrias, si es que existen? ¿Nuestras grandes 'transnacionales' están verdaderamente al servicio del pueblo? ¿Qué por ciento de lo que aportan estas industrias al PIB anual van a los bolsillos del pueblo trabajador?"

José Luis Romero se encuentra atravesando un trámite de repatriación a Cuba desde EEUU. Es un camagüeyano de 73 años que dice sentirse cómodo en su patria. Sobre los motivos del regreso, comenta: "Ya estoy viejo. Tengo unos ahorros y el dinero de mi jubilación. Con eso se vive bien en Cuba. Muy bien, diría yo. Junto a un sobrino mío compré el apartamento en el que vivo, aquí en Belascoaín. Siempre he pensado que uno tiene que irse joven de Cuba para prosperar. Pero Cuba, para el que ya vivió, es un buen lugar: más o menos tranquilo, con gente amable, tus conocidos. Yo soy de Camagüey, pero de joven vine a La Habana. Esto ha cambiado, hay muchos negocios particulares. El interior es lo que está feo. Lo que más me molesta de Cuba es la situación del transporte, que es crítica".

Ante la interrogante planteada, muchas de las personas prefirieron mantenerse en una zona del no-discurso, con una postura acrítica, como si el solo debate ya representara un peligro.

Una estudiante de Información Científico-Técnica y Bibliotecología en la Universidad Marta Abreu de Las Villas, miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), aclaró: "A nosotros nos advirtieron que no fuéramos a dar entrevistas para El Toque ni ninguna otra revista. Yo no puedo buscarme problemas, estoy estudiando todavía".

Para René, gestor de impuestos y asesor a trabajadores por cuenta propia en el municipio de Cienfuegos, de 63 años, en Cuba hay "un capitalismo, pero en su forma más primitiva, lo cual es insólito en la actualidad".

A Víctor Concepción Meneses lo deportaron a Cuba, desde EEUU, en 1999 después de cumplir una sanción de 17 años por el delito de narcotráfico. En la actualidad tiene 68 años de edad y reside en Pavón, municipio de Encrucijada, provincia de Villa Clara. Ante la realidad en la Isla y la visión de la Cuba futura, cuenta: "Mi papá me dijo, cuando triunfó la Revolución en el 59, que el socialismo era algo en lo que no se podía tener ni la propiedad de una chiva, que iba a haber mucha hambre. Yo crecí con esa formación. Fuimos muy afectados en mi familia con la intervención del comercio pequeño. Nos intervinieron las tiendas y kioscos. Me sentí incómodo con el sistema que se instauró en Cuba y emigré. Después que me deportaron construí una casa aquí, en medio del campo, y no me involucro con nada. Mucho menos relacionado con la política. Quiero mantenerme al margen de todo eso. Aquí estoy aislado. Mis hijos en la Florida me envían remesas. Vivo con tranquilidad. Espero seguir viviendo tranquilo los años que me quedan. Lo único que deseo para la Cuba del futuro es eso: paz".

Liván Rodríguez cree que "la persona que más ha hecho por la nación cubana en los últimos años no es ninguno de sus dirigentes, sino Barack Obama". Para este guantanamero residente en Tampa, Florida, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, de 51 años, "al eliminar la ley de pies secos – pies mojados, Obama impidió que Cuba se vaciara. La nación cubana estaba escapando por Centroamérica".

 

 

Muy pocos entrevistados se refirieron a elementos jurídico-políticos, culturales o ideológicos de su nación. Ninguno mencionó la necesidad de ejercer libremente sus derechos civiles como la participación real en procesos políticos —teniendo en cuenta los comicios municipales que se avecinan como paso previo a la designación de un nuevo presidente—. Más que conformes o inconformes con sus acciones (o pasividades) ciudadanas, los entrevistados parecían ignorar esas libertades o derechos individuales que no ejercen, como si tales cosas no formaran parte de sus necesidades solo porque nunca han conformado la cotidianidad del cubano.

Al conocer la identidad del medio para el que ofrecían entrevista (DIARIO DE CUBA), la mayoría prefirió omitir su nombre así como datos que permitieran asociarlos con la declaración. La vinculación con cualquier medio independiente o extraoficial puede acarrear expulsiones o sanciones de centros laborales y de enseñanza, alegaban las fuentes.

A las puertas de un proceso electoral que definirá la nueva dirección del país, los entrevistados prefieren avistar la nación cubana para los próximos 15 años como un lugar "próspero" donde puedan alimentarse, vestirse, o realizar las prácticas sociales y culturales de cualquier persona en el mundo (acceso a internet sin grandes costos, fácil y económica movilidad en transporte público o personal, paseos, etc.). Necesidades bien elementales, podríamos suponer. O tal vez sea la forma en que, sin saberlo, reclaman un cambio de administración.

De todas las declaraciones, solo una mujer habanera (que prefirió reservar su identidad) se mostró conforme con el "avance" de la economía cubana en los últimos años: "Se han abierto muchas opciones para la población y pienso que sí, que hemos adelantado bastante. En 15 años creo que el país progrese más todavía".

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