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Relaciones Cuba-EEUU

Todos los cambios: Los motivos de Barack Obama y Raúl Castro / Médicos esclavos y país sin médicos / El cinismo del régimen / Obama y la oposición cubana

Desde la redacción de DIARIO DE CUBA iremos analizando aquí, punto por punto, lo que nos parece más relevante tras la eliminación de la política de 'pies secos/ pies mojados'.

Madrid

Los motivos de Barack Obama y Raúl Castro

Para hablar de lo anacrónico del diferendo Cuba-EEUU, en varias ocasiones Barack Obama lo calificó como "anterior a su nacimiento". Esto es una clara señal de una lectura personalista de la historia y puede dar indicios de la apuesta individual que para él ha sido el tema Cuba.

El presidente estadounidense se preocupa hasta el final por dejar un legado importante en las relaciones internacionales. Las dos grandes apuestas diplomáticas de su mandato han sido Irán y Cuba. La firma de acuerdos de pacificación con el primero de estos países y la reapertura de relaciones diplomáticas con el segundo podrían ser el centro de su legado en política exterior. Pero todo ello depende de desenvolvimientos futuros.

Tomar ahora una decisión en cuanto a la migración cubana puede obedecer no tanto a presiones dedicadas a su sucesor en la Casa Blanca como a aprovechamiento de sus últimos momentos ejecutivos. Más que afectar a quien es el rival de su partido, Obama estaría intentando afianzar su leyenda propia. Puesto que es el presidente estadounidense que ha sido más escrutado por la opinión pública internacional, y se retira en plena madurez, le quedan largos años en los cuales su legado será discutido ampliamente. Obama ha tenido además la responsabilidad de ser el primer mandatario negro de la historia de EEUU, lo cual añade a su caso una presión más.

En medio de estas tensiones, Cuba le habrá servido para un lucimiento internacional. Dado que en el fondo de esta negociación no hay arsenal nuclear, un gesto hacia Cuba es de los menos riesgosos que podría haber tomado en las últimas semanas de su mandato. En la política de Washington, la figura del "pato cojo" es generalmente la de un presidente que evita tomar decisiones de peso y las deja a su sucesor. No ha sido así en el caso de Obama para Cuba. Evidentemente antes de marcharse de la Casa Blanca quiso resolver un diferendo que antecede a su biografía y hacer de la historia entre Cuba y EEUU, una historia no antigua, sino contemporánea y actual.

Raúl Castro, por su parte, heredó de su hermano mayor una política de enfrentamiento a EEUU que constituyó el centro de su retórica y de su hacer. La sociedad cubana bajo Fidel Castro vio regresar el dólar, la permisividad de las religiones y de las minorías sexuales, el abandono del marxismo-leninismo, y la terminación de la sujeción a la Unión Soviética, pero lo que parecía firme dentro de toda la política del régimen era el antagonismo con EEUU. Ha sido bajo el mando de Raúl Castro que esta enemistad ha llegado a sus mínimos históricos desde 1959. Sin embargo, el actual mandatario cubano no puede despojarse de toda una retórica de más de medio siglo. Se hizo evidente en el último desfile en la Plaza de la Revolución, en los lemas de los soldados que gritaban contra Obama. Y es mucho más evidente todavía en la necesidad que tiene ese discurso de la figura de "el bloqueo" o embargo estadounidense y de todas las restricciones que la política estadounidense hacia Cuba ha aplicado.

EEUU ha sido y es el enemigo útil de "la revolución cubana". Es contra ese enemigo que se movilizan todos los reclamos del discurso castrista, tanto de Fidel como de Raúl. Esas reclamaciones exigen el final de las restricciones estadounidenses como si estas constituyeran la causa de todas las fallas de la vida nacional. La eliminación de la política de "pies secos/ pies mojados" es una vieja reclamación de los hermanos Castro. Se trata de una reclamación hipócrita, La Habana pide el fin de las restricciones estadounidenses pero de serle otorgado se quedaría sin coartada para sus crímenes políticos, económicos y sociales.

Un día antes de darse a conocer la declaración conjunta de Cuba y EEUU, se desató en la Isla una campaña de represión. Durante las semanas en que se fue preparando esta declaración las fuerzas represivas del régimen hicieron su trabajo contra los opositores. En el encabezamiento del documento oficial, ambos gobiernos dicen haber basado sus acuerdos en "la promoción y el estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos". Sin embargo, no ha habido ninguna queja oficial estadounidense por el aumento de las violaciones de los derechos humanos en Cuba. Es de recordar que en torno al restablecimiento de relaciones, la negociadora Roberta Jacobson hizo queja pública por violaciones similares.

En sus últimos días en la Casa Blanca, Barack Obama se ha apresurado a hacer grandes cambios en la política hacia Cuba, desatendiendo un flanco que antes atendió. Al parecer está demasiado preocupado por su legado personal. Por su parte, Raúl Castro ha perdido uno de los mejores instrumentos de exteriorización de conflictos con que su régimen ha contado todas estas décadas. Asimismo puede pronosticarse que perderá remesas y ganará en malestar social interno. La petición oficial cubana de ir más allá y derogar la Ley de Ajuste sería, de serle otorgada, una complicación aún mayor para su permanencia en el poder.

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Médicos esclavos y país sin médicos

Dos de los rubros más importantes para la sobrevivencia económica del castrismo son las remesas familiares y la exportación de personal médico. Los médicos cubanos en el exterior trabajan y viven en régimen de semiesclavitud: solo pueden disponer de una mínima parte de sus sueldos, tienen restringida la libertad de movimientos y están obligados a involucrarse en campañas políticas con las poblaciones locales, con las que ni siquiera se les permite interactuar de manera privada. Son rehenes del Gobierno, enrolados en estos programas con el único fin de obtener unas mínimas ganancias que les permitan subsistir tras su regreso a Cuba.

La exportación de médicos le sirve también al régimen para ganar reconocimiento internacional. Tal reconocimiento, opaca la violación de los derechos laborales y humanos de los trabajadores de la salud. Hasta el momento, muchos de ellos habían encontrado una salida a esta situación en la emigración hacia EEUU desde terceros países, lo cual les permitía rehacer sus vidas y conseguir las retribuciones a las que todo profesional aspira.

Al clausurar el programa de parole para los médicos cubanos, Obama cancela para todos ellos esta posibilidad. La declaración presidencial aduce que favorecer la emigración de médicos hacia EEUU afectaría a la población en Cuba (By providing preferential treatment to Cuban medical personnel, the medical parole program […] risks harming the Cuban people). Un razonamiento así desconoce el modo de operar del régimen de Raúl Castro, pues no porque los médicos cubanos encuentren cerrada la vía de la emigración hacia EEUU volverán a atender pacientes en la Isla.

El pronóstico económico deja a las autoridades cubanas tan pocas opciones que tendrán que recurrir de manera cada vez más creciente a la exportación de personal de la salud. Tras la eliminación de la política de "pies secos/ pies mojados", a medida que disminuya el monto total de las remesas familiares, las cifras de la exportación de médicos podrían hacerse aún mayores.

En la actualidad, debido a los programas gubernamentales de exportación de especialistas, es ostensible cuánto ha disminuido el número de médicos por habitante en Cuba. En los centros hospitalarios muchas especialidades quedan mal cubiertas, y esta situación no hará más que empeorar, no importa lo que haya dictaminado Barack Obama. A pesar de sus buenos propósitos, Obama no va a conseguir mejorar la situación de los pacientes cubanos, pero sí empeorará la de muchos médicos.

Por todo ello, tienen razón los congresistas cubanoamericanos Marco Rubio y Carlos Curbelo cuando le piden a Donald Trump que restablezca el programa que favorecía a los profesionales de la salud cubanos.

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Cinismo del régimen

Un régimen como el cubano, que no se ha cansado de construir diferencias entre nacionales y extranjeros, que ha deparado a sus ciudadanos un trato subalterno, imponiendo políticas de apartheid basadas en la discriminación por nacionalidad, considera ahora un logro haber desmantelado dentro de EEUU el único "trato preferencial" con que contaba la población cubana.

En su declaración, el régimen aboga por la estabilidad regional en un continente en el que opera política y militarmente desde 1959. Responsable directo de la desestabilización y el caos de Venezuela, asegura preocuparse por "el uso de la violencia con un impacto extraterritorial desestabilizador" derivada de la emigración cubana hacia EEUU. Este doble rasero no es único: en el proceso de paz colombiano, aparece como garante de la solución de un conflicto que apoyó durante décadas.

Raúl Castro pretende ocultar las violaciones de derechos de los cubanos adoptando un rol de mediador internacional. En ese mismo papel, negocia la política de "pies secos/ pies mojados" como si fuera un latinoamericanista y no el mayor representante del poder en Cuba. Oculta con un alarde de geopolítica, los acuciantes problemas internos. 

Su régimen procuró la eliminación del trato preferencial de EEUU a los cubanos, bajo el pretexto de alcanzar un igualitarismo. Como siempre, no trató de crear nuevas oportunidades, sino de socavar las oportunidades conseguidas. Fue con esa misma lógica con la que combatió a los propietarios y empresarios cubanos durante los años 60, y con la que limita ahora a los emprendedores privados.

Con el argumento de la no violencia y la no intromisión en otros países vuelve a su esencia propia: reprimir al cubano. Capaz de hundir barcos con emigrantes y niños, como fue el caso del remolcador 13 de Marzo, y de crear en 1980 los actos de repudio contra gente que solamente quería emigrar, ahora se dice preocupado por los horrores del tráfico de personas. E incapaz de ofrecer bienestar a sus ciudadanos y de permitirles alcanzarlo por sus propios medios, persigue los intentos de estos de hallar ese bienestar lejos de los límites de la Isla.

La "Declaración del Gobierno Revolucionario" oculta, bajo una capa de falso humanismo, el desprecio de siempre de ese régimen hacia el individuo.

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Obama y la oposición cubana

Tanto Barack Obama como los principales opositores dentro de Cuba consultados por este diario, consideran que la eliminación de la política de "pies secos/ pies mojados" provocará una situación crucial dentro de la Isla. Al final de su declaración, Obama justificó la medida como "la mejor manera de asegurar que los cubanos puedan disfrutar de la prosperidad, alcanzar reformas y determinar su propio destino". Sus últimas palabras fueron, "como dije en La Habana, el futuro de Cuba debería estar en manos del pueblo cubano".

Con ello, apela a lo necesario de este paso para la democratización de la sociedad cubana. Durante su visita a la Isla, su discurso allí y su política de restablecimiento de relaciones, el presidente de EEUU ha apostado por un diálogo lo más directo posible con los emprendedores cubanos, con la esperanza de que la libertad económica acarree libertades políticas. Esta ecuación, boicoteada continuamente por La Habana, no es del todo segura. El caso de China demuestra cómo pueden coexistir la libertad de mercado y un partido único.

Sin embargo, a diferencia de otros momentos en que la oposición cubana se ha dividido ante las medidas presidenciales hacia Cuba, esta vez todos los opositores consultados coinciden con el efecto que la eliminación de la política de "pies secos/ pies mojados" puede producir en la población: el inicio de una discusión política pública, que conlleve la reclamación de derechos. El opositor Manuel Cuesta Morúa apunta incluso que la nueva situación podría "obligar al Gobierno cubano a tomar más medidas internas que favorezcan el bienestar y las libertades de los cubanos, que es en definitiva lo que está en juego".

Para el líder de UNPACU, José Daniel Ferrer, "esto va a hacer que muchas personas vean que no queda otra opción, que hay que luchar por la libertad, por los derechos, por el bienestar, por oportunidades aquí dentro de Cuba".

Antonio Rodiles, crítico sostenido de las medidas de Obama, reconoció que la eliminación de "pies secos/ pies mojados", "va a tener un gran efecto".

Todos ellos hablan del cierre de la "válvula de escape" que ha sido hasta ahora la emigración masiva hacia EEUU. A ello debe sumarse el empeoramiento de la situación económica y las libertades dentro del país, deducible a partir de los datos económicos oficiales, del crecimiento de la represión, y de una de las principales consecuencias que traerá esta nueva medida de Obama: la disminución del monto total de las remesas familiares, que constituye uno de los pilares de la economía nacional.

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