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Política

Puede construirse democracia con el PCC en el poder

Julio Antonio Aleaga Peasant habla en nombre de Candidatos por el Cambio (CxC) acerca de oposición y elecciones del Poder Popular.

La Habana

Fundada en 2009, Candidatos por el Cambio (CxC) es una plataforma opositora que propone una transición democrática en Cuba, a partir de los procesos electorales. El periodista y Msc. Julio Antonio Aleaga Pesant, habla para DIARIO DE CUBA sobre la plataforma de la cual es secretario ejecutivo

El trabajo de CxC va dirigido al proceso electoral, pero en qué sentido.

Nos proponemos hacer ver a las personas que los procesos electorales pueden ser un mecanismo de modernización de la sociedad y sobre todo de empoderar a los ciudadanos en el trabajo político.

Comenzamos por participar en las Asambleas de Rendición de Cuentas, que representan la implicación de los ciudadanos en los problemas de su comunidad. Esas asambleas son un mecanismo muy desaprovechado por los opositores, pero es el primer paso para vincular a los actores civiles, opositores o no, al proceso electoral, pese a la manipulación que pueda existir y al rechazo a los delegados por no resolver los problemas. Es un momento para escuchar y exponer problemas.

CxC participó en la Asamblea Provincial del Gobierno del Poder Popular de La Habana. Los gobiernos municipales y provinciales están muy alejados de las decisiones de golpear a las personas y muchas veces ni comparten esas ideas. No todos los comunistas son represores. La rendición de cuentas puede traer desde el revocatorio de un delegado hasta la nominación de un candidato independiente a las elecciones.

¿En qué se diferencia CxC de la plataforma #Otro18?

En la visión, #Otro18 no tiene aún una visión clara de qué quiere lograr y cómo. Una lectura de sus documentos deja ver eso. CxC no solo tiene claro qué quiere y cómo lograrlo, sino la importancia de la eficiencia en la conexión con las comunidades y los activistas cívicos.

Recientemente, conversaba con su director de medios, Pablo Morales, y dijo que CxC era antagónica de la Mesa de Unidad de Acción Democrática (MUAD).

Fue una declaración irresponsable de Pablo, que no sigue con nosotros. Agradecemos su contribución a CxC. No vemos como antagónico ningún esfuerzo por construir la democracia, aunque no compartamos la forma de hacerlo.

Usted estuvo recientemente en Europa y se entrevistó con miembros del Parlamento Europeo. ¿Cuál fue el objetivo del viaje y cuál el resultado?

En los últimos tres meses he ido dos veces a Bruselas. Primero, invitado por un eurodiputado checo y luego por uno polaco. En la primera visita me entrevisté con la Comisión Exterior, con la Comisión de Derechos Humanos y Solidaridad, participé en un evento sobre violaciones de los derechos humanos en Cuba, y expuse la visión de CxC de activar los procesos electorales como mecanismo de transición.

Los resultados fueron muy favorables: hubo mucho trabajo, conversé con muchos diputados y funcionarios de las comisiones europeas. Queda por ellos sensibilizarse con el tema y tomar decisiones a favor de la construcción democrática en Cuba. Hay que hacer mucho trabajo de comunicación.

La Unión Europea (UE) se plantea abandonar la Posición Común sobre Cuba. ¿Qué puede significar para el país y la transición democrática?

La construcción democrática en Cuba puede tener un tridente en el trabajo con la UE.

Primero, las negociaciones del servicio exterior de la Comunidad Europea, con la señora Moderini al frente, con el Gobierno cubano, permiten mantener el cauce de negociación. El Gobierno cubano prefiere el aislamiento a la apertura.

Segundo, las denuncias del Parlamento Europeo sobre los problemas en Cuba, específicamente las violaciones de derechos humanos. Se ha pronunciado sobre la huelga de hambre de Guillermo Fariñas, a través de la señora Elena Valenciano, y ha convocado al Gobierno a acceder a las demandas: conversar con la oposición, detener las golpizas a los actores pro democracia, dejar de robarles sus pertenencias.

En ese tridente falta una oposición creativa, capaz de buscar nuevos espacios, de establecer objetivos claros e irlos cumpliendo paulatinamente.

Sobre el levantamiento de la Posición Común, ¿hasta dónde estaba afectando al Gobierno? Llegó a convertirse solo en una herramienta política, que la mayoría de los países de la UE pasaba por alto. España, Francia, Bélgica, Alemania, Eslovaquia intentan que sus empresas lleguen a Cuba a imponer condiciones del capitalismo más neoliberal. El autotitulado Gobierno socialista impone en Cuba las condiciones más neoliberales a sus trabajadores: sin derecho a sindicalización, ni a pago justo, ni a libre contrato. ¿La Posición Común representaba algo en la negociación o la impedía? En mi opinión, la impedía, y eso es lo más importante en la política.

Regresando al trabajo de CxC, ¿qué han logrado, realmente? La Seguridad del Estado les prohibió regresar a la Asamblea de Rendición de Cuentas del Gobierno provincial.

Eso no detiene el impulso. Los candidatos independientes están participando en las asambleas de delegados de circunscripción. Participarán en las municipales y las provinciales. ¿Qué sucederá cuando en todas las provincias, los ciudadanos participen en las asambleas como fiscalizadores del trabajo del Gobierno?

CxC no es una megaestructura; es un pequeño equipo, agrupado a través del Centro de Aplicación de Marketing y Publicidad Política, de personas calificadas, ejecutivas, que intentan transmitir una idea, y voluntarios. No muchos. De 70.000 asambleas, CxC logró participación en 166. Es mínimo, pero es un paso de avance.

Tenemos que participar todos. Ninguna organización puede cargar la responsabilidad de una nación; el PCC, que desde la Constitución se erige en líder indiscutible de la nación, lleva el país a la derrota y al desequilibrio. Pretender que CxC es quien puede resolver los problemas, sería un error. Somos todos: periodistas, médicos, activistas cívicos, reclamando derechos; no los superestructurales, sino el mínimo a un buen salario, a que el delegado de circunscripción realmente resuelva tus problemas, a que el presidente del Gobierno municipal te rinda cuentas sobre el estado de las calles, el acueducto, la electricidad, las escuelas.

Eso se queda a nivel comunitario; no conduce a resolver los principales problemas del país en materia de democracia: falta de libertad de asociación, de expresión, de prensa.

Nuestra idea fundamental es modernizar la sociedad de la ley a la ley, con gobernabilidad y gradualidad. Hay que pensar en los problemas que más afectan al ciudadano, directamente. Queremos todas las libertades, ¿pero podemos asaltar el poder; lo dejarían los comunistas? ¿Y quién lo asumiría?

Nos planteamos construir la democracia desde las bases hasta las superestructuras. Hacerlo desde las comunidades, los consejos populares, los municipios, garantiza una transición con más seguridades, que arrancar de raíz al Gobierno que nos oprime. Es un camino más largo.

¿De lo que me dice, infiero que, según usted, se puede construir la democracia con el PCC en el poder?

Es así. Parte de la práctica política, como espacio de negociación, implica el reconocimiento del contrario. Desgraciadamente, la dictadura no reconoce a la sociedad civil como actor activo. Esa es su falta de visión. Partimos de criterios minimalistas: construir la democracia paso a paso. En las elecciones de los próximos años, prevalecerán los realmente elegidos por la sociedad, y no los designados.

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