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Relaciones Cuba-EEUU

Heredero del aeropuerto de La Habana pide que se le reconozca como propietario

El acuerdo sobre vuelos comerciales entre los gobiernos de Barack Obama y Raúl Castro reabre la batalla por la propiedades confiscadas.

Nueva York

El heredero del que fuera el propietario del aeropuerto de La Habana antes de la llegada de los Castro al poder en 1959 pidió que las aerolíneas que pretendan volar entre Cuba y Estados Unidos lo reconozcan como titular.

José Ramón López, de 62 años, y único hijo de José López Vilaboy, quien fuera propietario del aeropuerto de La Habana y de Cubana de Aviación, consideró en declaraciones al diario The New York Times que merece una compensación si Estados Unidos acepta un acuerdo comercial que afecta a un aeropuerto que el Gobierno cubano robó a su herencia.

"El aeropuerto de La Habana es propiedad privada mía", dijo López. "¿Cómo van a ir las corporaciones estadounidenses a sacar beneficio de eso?".

El exiliado dijo que la suya es una advertencia que pone de relieve los peligros de hacer negocios en Cuba, donde disputas que llevan décadas sin resolverse complican los esfuerzos para reanudar relaciones diplomáticas y económicas.

López es un exmarino mercante que abandonó Cuba en 1989 y vive en Miami desde hace siete años. Tiene documentos que demuestran que es el único hijo de José López Vilaboy, un asociado de Fulgencio Batista, derrocado en 1959.

López Vilaboy se escondió en la embajada de Guatemala en Cuba el 31 de diciembre de 1958, ante el triunfo de las fuerzas encabezadas por Fidel Castro. Nueve meses después pudo abandonar el país.

Sus propiedades fueron inmediatamente confiscadas. Entre ellas, un banco, hoteles, fábricas, un diario, dos aerolíneas y el aeropuerto de Rancho Boyeros, ahora conocido como Internacional José Martí.

El nuevo Gobierno describió estas propiedades como el fruto de relaciones con un régimen corrupto.

López Vilaboy vivió en Miami Beach hasta su muerte en 1989. Nunca volvió a ver a su hijo. En 2010, una corte de Miami reconoció a José Ramón López como uno de sus herederos.

Este martes, autoridades del transporte de Cuba y Estados Unidos firmaron en La Habana un acuerdo para reanudar el servicio de vuelos comerciales regulares entre los dos países.

El convenio autoriza hasta 110 vuelos a La Habana y otros nueve destinos en la Isla.

Para el otoño, aerolíneas estadounidenses podrían estar operando vuelos diarios al aeropuerto que López aún considera suyo, indicó The New York Times.

"Sencillamente no entiendo cómo corporaciones estadounidenses pueden hacer negocios con mi propiedad", dijo. "Si no me la devuelven, entonces que me paguen por usarla".

López ha recibido asesoría de Andy S. Gómez, académico retirado del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, de la Universidad de Miami, que lo ha ayudado a explorar posibles recursos legales.

"Los estadounidenses deben entender los riesgos de hacer negocios en Cuba", dijo Gómez.

La Ley Helms-Burton, firmada por el presidente William Clinton en 1996, establece que cualquiera que obtenga beneficios de propiedades confiscadas a ciudadanos estadounidenses es susceptible de demandas, incluso si los propietarios no eran ciudadanos estadounidenses en el momento de la confiscación.

No obstante, la ley tiene provisiones que permiten al presidente decidir si, por el bien de los intereses estadounidenses, debe hacerse cumplir, cosa que no ha ocurrido.

"Sería una pelea", dijo Pedro A. Freyre, un abogado de Miami que se especializa en acuerdos comerciales cubanos. "Todo el mundo demandando a cada empresa canadiense, líneas aéreas, hoteles, lo que sea, y sería perjudicial para las relaciones exteriores de Estados Unidos", consideró.

Martha Pantin, portavoz de American Airlines, compañía que espera hacer vuelos a Cuba, dijo que el problema de López debe ser respondido por las agencias del Gobierno. "No es un problema de las aerolíneas", afirmó.

Un portavoz del Departamento de Estado que habló bajo condición de anonimato señaló que el tema de las propiedades ha sido tratado en las conversaciones entre funcionarios cubanos y estadounidenses sobre los vuelos entre ambos países.

Pero los casos de personas que no eran ciudadanos estadounidenses en el momento de las confiscaciones no estuvieron incluidos en las conversaciones, dijo el portavoz, según The New York Times.

El Departamento de Transporte de Estados Unidos dijo que la Administración no puede impedir que personas con reclamaciones contra La Habana recurran a los tribunales para embargar activos cubanos como compensación.

Pero tras los numerosos fallos de tribunales estadounidenses contra el Gobierno cubano no es previsible que los aviones de Cubana de Aviación vuelen a Estados Unidos.

Andrew C. Hall, un abogado de Miami cuyo cliente ganó una demanda de 2,8 billones de dólares contra La Habana dijo que estará en primera línea si los aviones cubanos tratan de aterrizar en territorio estadounidense.

"Si vienen aquí, iré a buscarlos", dijo Hall. "Y si American Airlines en algún momento obtiene dinero cubano, trataré de interceptarlo", advirtió.

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