El aumento de hurtos y robos con violencia en los puntos de conexión WiFi de varias localidades habaneras genera gran preocupación entre los ciudadanos. La inseguridad no solo ha provocado que algunos pierdan sus dispositivos (teléfonos, laptop, tablet), con el costo económico que ello supone, sino que teman por su integridad física, la de sus familiares y amigos.
Reportes de usuarios y una fuente policial que pidió no ser identificada indican que estos delitos se han extendido fundamentalmente en "barriadas que de por sí acumulan gruesos historiales de actos delictivos o vandálicos", con una escalada de los ataques en las últimas semanas de diciembre pasado.
"Diciembre es un mes caliente; la delincuencia sale de cacería y la calle se pone tensa", dijo Armando Ruiz, vecino del consejo Pocitos, en Marianao.
"Pero ya desde el principio, muchos de estos puntos WiFi, por su ubicación, se convirtieron en un foco que atrajo al delito y al invento", añadió. En esos sitios "el delincuente pasa desapercibido, se camufla como un cubano más intentando conectarse a la internet. Esto le da más oportunidad de chequear el lugar y a la posible víctima".
Aunque la Policía Nacional (PNR) y la prensa estatal reportaban que estos hechos son aislados y que "se han tomado medidas preventivas al respecto", la fuente policial consultada advirtió que "el número de incidentes va en ascenso".
"La orientación es prevenir, investigar y controlar la comisión de estos hechos, sin revelar datos públicos para evitar [en la población] un estado de inseguridad que genere en crisis", dijo la fuente. "Estamos hablando de millares de ciudadanos que acuden a estos sitios atraídos por la posibilidad de comunicarse con familiares y amigos radicados fuera del país".
Las últimas cifras reportadas por el monopolio de las comunicaciones, ETECSA, indican que 2015 cerró, en telefonía móvil, con "4.640.000 líneas en servicios" y prevén que para 2016 "haya un incremento de 500.000".
La compañía ha dicho que continuará aumentando el número de puntos de acceso público a internet.
Para muchos ciudadanos, uno de los temores es el incremento del número de adolescentes que acuden a los puntos WiFi con sus dispositivos.
"La opción de poder contratar hasta tres líneas trajo consigo el crecimiento de adolescentes con celulares, pues muchas familias las contratamos para nuestros hijos bajo la suposición de tenerlos localizados y seguros", dijo Esther Casanova, profesora y vecina del consejo Sevillano, en 10 de Octubre.
"El tiro nos salió por la culata, incluyéndome a mí. Ahora tenemos otra intranquilidad añadida: el temor que les pase algo bien feo, no solo cuando van a conectarse, sino en cualquier otro lugar. Pero también me preguntó ¿quién habrá diseñado la distribución geográfica de las zonas WiFi? Ningún barrio desmerece tener un lugar de conexión, pero creo que existen mejores ubicaciones o, de lo contrario, que haya más vigilancia policial".
Una fuente que pidió mantener el anonimato y conoce el modo de actuar de quienes se dedican a asaltar a los usuarios de puntos WiFi, dijo que estos operan a plena luz del día y buscan "lugares menos 'quemados', como La Rampa [municipio Plaza] y el parque Coyula [municipio Playa]".
"Se focaliza al 'punto' [generalmente un varón adolescente o joven], o a una parejita que esté separada del tumulto. Se le acercan dos o tres, navaja o punzón disimulado en mano, y se le amenaza para que ni abra la boca hasta acabado el 'trabajo'. En caso contrario, o si la Policía aparece de improviso, se le propina una golpiza al 'punto' haciendo el 'paripé' de que se trata de un ajuste por temas de jevitas o por cualquier otra bobería".
La fuente agregó que algunas bandas cometen los ataques "con menos tacto y con demasiada violencia, llegando al extremo de 'pinchar' [apuñalar] a la víctima". Pero eso "crea foco y pone malo el negocio", dijo.
Los días festivos son más propicios para el asalto, porque hay mayor número de gente intentando conectarse en los puntos WiFi para hablar con familiares.
"En medio de esa distracción es que te sorprende el asalto. Es imposible verlo venir", comentó Lídice Miyares, vecina del consejo Villa II, Guanabacoa.
"Ahora la Policía recomienda ir acompañada a conectarse en las noches. Me pregunto por qué la gente, además, tienen que ir en grupo a conectarse ¿Acaso también hay déficit de policías y no pueden patrullar esas zonas?", criticó Miyares.
"Soy una mujer trabajadora y solo puedo ir de noche a conectarme a internet. La solución no puede ser andar en grupos a todas partes, pues pareceremos todos pandilleros. La solución la tienen que hallar ETECSA, la Policía y el Gobierno", consideró.
ETECSA ha anunciado una "prueba piloto" en La Habana Vieja "para llevar internet a los hogares" en el futuro. La empresa dice que siempre ha "experimentado los nuevos servicios antes de lanzarlos".
"Espero que esta 'nueva modalidad' de ETECSA avance y tengamos seguridad y también privacidad", dijo Rubén Andrade, vecino del consejo Palatino, del municipio Cerro.
"Sí, porque todo el mundo se queja de la mala conectividad o de las tarifas todavía carísimas para el bolsillo del trabajador, pero nunca escucho a nadie quejarse de la falta de privacidad, tanto en las salas de navegación como en los puntos WiFi", explicó.
"La disposición de los ordenadores en muchas salas públicas permite que tú husmees en lo que la persona que está a tu lado está viento, mientras que los funcionarios te husmean a ti", agregó.
"De la WiFi, ni hablar. Allí estamos todos encimados unos sobre otros, escuchando la conversación o mirando con quién chatea el otro o qué páginas visita", se quejó.