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El país que desapareció

Tacón y Oficios

Dos calles hermanadas: una termina y otra comienza. Un retrato histórico.

La Habana

La calle Tacón, nombrada así en honor del capitán general español Miguel Tacón, quien gobernara Cuba entre 1834 y 1838 con mano férrea —pero que al mismo tiempo fuera un gran constructor y administrador—, ha tenido posteriormente los nombres de Roosevelt, el presidente norteamericano durante cuyo período de gobierno se instauró la República, y de Manuel Sanguily, combatiente de la Guerra de los Diez Años e importante figura pública.

Sin embargo, todos la conocen por Tacón.

Comienza en la calle Cuba, cerca de Peña Pobre, y termina en la calle Obispo, en la Plaza de Armas. Donde ella termina comienza la calle Oficios, sobre cuyo nombre existen dos versiones: la primera plantea que se debe a que, desde este lugar hasta la Plaza de San Francisco, se encontraba llena de menestrales, y la segunda, que se debe a los oficios de escribanos y otros funcionarios establecidos en ella. Anteriormente se llamó De la Concepción. En 1584, era la más importante de las cuatro calles que tenía entonces la ciudad de La Habana. Termina donde se unen las calles Acosta y San Pedro, en los muelles.

Comencemos por Tacón

La calle Tacón nace cerca del lugar que ocupara la antigua Maestranza de Artillería, construida en 1843 por orden del gobernador Jerónimo Valdés en el terreno  en que se hallaban los cuarteles de San Telmo, entre las calles Chacón, San Ignacio, la muralla y el mar.

La antigua Maestranza fue demolida en 1938 para edificar la Primera Estación de Policía, un castillo moderno que aún existe, donde se reutilizó la vieja cantería. La calle continúa junto a las excavaciones, donde se supone se encontraba emplazada la Batería de San Francisco Javier, y por la parte de la muralla conocida en su época como El Boquete, El Boquete de los Pimientas en el siglo XVII o de la Pescadería en 1835, al construirse un importante local para la venta de pescados, demolido en 1899, todo esto frente al antiguo Seminario de San Carlos y San Ambrosio, fundado en 1774 por el obispo Santiago José de Hechevarría.

Este Seminario tuvo una destacada labor en la formación de la nacionalidad cubana, con personalidades como José Agustín Caballero, el padre Félix Varela, José Antonio Saco y José de la Luz y Caballero. Hoy se ha convertido en el Centro Cultural Padre Félix Varela, al trasladarse éste para sus nuevas instalaciones.

La calle, como tal, discurre por el lado izquierdo, ya que en el derecho se halla la  exposición permanente a cielo abierto de todo lo descubierto. A su izquierda se encuentran un parque infantil de diversiones, el Anfiteatro de La Habana y el monumento a José de la Luz y Caballero. Tacón retoma sus características de calle a partir de Empedrado donde, en el número 4, se haya la casa que fuera de Martín Aróstegui, construida en 1759. Hermosa vivienda con techos de tejas, balcones corridos y pinturas murales, donde en 1916 se fundara el Colegio de Arquitectos de La Habana, fue restaurada en 1989, instalándole un mural cerámico realizado por Stellana Poletti, y alberga el restaurante Don Giovanni.

A continuación aparece la casa de Juana Carvajal, construida en 1715 y que fuera unificada a mediados del siglo XVIII con otra aledaña, compuesta de patio con galerías, techos de alfarje y pinturas murales, la cual posee en su entrada dos pilastras toscanas. Restaurada en 1988, alberga el Gabinete de Arqueología. Después, en otras edificaciones también restauradas, se encuentran los comercios La Giraldilla, Guayabera Habana, Foto Habana, Venecia y la Papelera O´Reilly.

En la acera opuesta, desde Empedrado hasta O´Reilly, se extiende el baluarte del Castillo de La Fuerza y el lateral del Palacio del Segundo Cabo. En su último tramo, entre la Plaza de Armas y el Palacio o Casa de Gobierno, también conocido como de los Capitanes Generales, hace años fueron sustituidos sus adoquines por bloques rectangulares de madera dura. Sobre el Palacio, descrito en el artículo sobre la calle Obispo, sólo es necesario agregar que su entrada principal está ornamentada con un portal de mármol de columnas corintias, obra del escultor italiano Giuseppe Gaggini, instalado en 1834. Su inmenso portón está hecho de madera de caoba cubana, las campanas situadas en su portal pertenecieron a importantes centrales azucareros y, en su patio interior, posee una estatua también en mármol de Cristóbal Colón, obra del escultor italiano J. Cucchiari, instalada en 1862. Como dato curioso debe agregarse que el Palacio, aunque se encuentra al final de la calle, ostenta  el número 1 de la misma, el único impar, ya que el resto de la numeración de las edificaciones está constituida por números pares consecutivos.

Oficios

Pasemos a la calle Oficios. Donde nace, se encuentra la casa construida en 1668, que comprara el obispo Don Diego Evelino de Compostela, para instalar en ella el Colegio de San Francisco de Sales para niñas huérfanas. Restaurada en 1983, aloja actualmente el restaurante La Mina, que ocupa toda la esquina con la calle Obispo.

A continuación, en el número 8, se encontraba la Casa del Obispado, reconstruida en 1685 por el mismo obispo Compostela para Palacio Episcopal de La Habana, donde funcionó hasta el año 1858. Allí vivieron los famosos prelados Gerónimo Valdés, Juan Lazo de la Vega y Pedro Morell de Santa Cruz. Anteriormente, esta edificación había sido la casa solariega de la familia Cepero, que figuró en primera fila entre los vecinos más antiguos e importantes de la Villa. Desde 1614 había residido en ella el también célebre obispo Alonso Enríquez de Armendáriz, que diera nombre al río Almendares, mediante una adecuación de su apellido. En el siglo XIX la casa fue remodelada, adaptándola para Monte de Piedad. Después de ser restaurada en 1984, albergó durante algún tiempo el Museo Numismático, permaneciendo todavía en su fachada la placa identificativa, aunque éste se trasladó para la calle Obispo. En el antiguo número 12 radicó, de 1689 a 1774 —fecha en que fue trasladado al Seminario contiguo a la Catedral—, el Colegio de San Ambrosio. La construcción, con balcón corrido con balaustrada de madera y patio interior, fue restaurada en 1983, instalándose en ella la Casa de los Árabes, que incluye restaurante y museo.

Seguidamente aparecen otras antiguas viviendas restauradas, convertidas en viviendas y comercios. En el número 18 la que fuera una Casa de Recogidas, y enfrente el Gabinete de Restauración, destacándose en la esquina de la calle Obrapía una edificación convertida en la Zapatería Obrapía.

Cruzando la calle aparece una casa de dos plantas con entresuelo, techo de madera, barandas torneadas, rejas de hierro forjado y patio central, construida en el siglo XVII y remodelada en el XVIII y XIX, la cual, después de restaurada en 1989, aloja el Hostal Valencia y el restaurante La Paella.

Más adelante se hallan otras viviendas y locales restaurados, también un edificio moderno restaurado y, a partir de la calle Lamparilla, el edificio que fuera de la firma Casteleiro y Vizoso, en cuya planta baja existe una Caja de Cambio, el pequeño espacio con el monumento de la Cruz, el de la Oficina de Correos con el buzón antiguo de la boca de león, el que ocupa la agencia de viajes San Cristóbal, el de la firma Habaguanex, donde en 1929 se constituyera la Compañía Cubana de Aviación, y el restaurante Café del Oriente.

En la esquina de la calle Amargura, en el que fuera Palacio de los Marqueses de San Felipe y Santiago, una vez restaurado, está instalado el Hotel San Felipe, el cual tiene situado en los adoquines cerca de su entrada un banco con la figura sentada de Federico Chopin.

A continuación, una hermosa edificación con una gran escalinata de acceso, que fuera la vivienda de los tíos de Don Francisco Chacón y Calvo, quienes formaran parte de la familia del Conde de Monte Alegre, sede durante años del Círculo Internacional de Marinos. Le siguen otras viviendas antiguas restauradas, la galería Carmen Montilla y el estudio Los Oficios  y, en la esquina de la calle Teniente Rey, en un edificio moderno construido en 1950, perteneciente anteriormente al Banco Agrícola e Industrial, se halla instalada una importante sucursal del actual Banco Financiero Internacional.

Plaza, iglesia y convento de San Francisco

El espacio más importante de la calle Oficios lo constituye la Plaza de San Francisco, existente desde 1559, aunque su nombre lo adquirió cuando, junto a ella, se edificaron la iglesia y el convento de los frailes franciscanos entre 1719 y 1738.

En sus inicios la plaza fue un mercado público, hasta que éste se trasladó a la hoy llamada Plaza Vieja, que entonces se denominaba Nueva. Fue también centro de la zona comercial y de transacciones comerciales, lugar de espera, carga y descarga de los carretones que acudían al muelle y a los almacenes que la rodeaban, así como depósito de mercancías y de frutos.

Por esta plaza también desembarcaban los inmigrantes que venían de la Península. En 1836 fue erigida en su centro, por el conde de Villanueva, una bella y artística fuente llamada de Los Leones, obra del escultor italiano Giuseppe Gaggini, trasladada en 1844 a la entonces llamada Alameda de Isabel Segunda, después al Parque de La Fraternidad y, finalmente, de regreso a la Plaza.

Donde en 1914 se construyó la Aduana de La Habana, en los llamados Muelles de San Francisco, existió un edificio militar que alojaba la guardia principal de la Plaza, conocido como El Principal. Durante la época colonial, en ella se realizaban las ferias de San Francisco, que comenzaban el día 3 de octubre, donde imperaba el juego, practicándose la lotería de barajas, el gallo indio y el negro, la perinola y los dados. En el café El León de Oro y en otras casas de los alrededores, hacían su agosto astutos talladores en numerosas bancas, a costa de la clase distinguida y culta. En este café se estableció por primera vez en Cuba la ruleta. Alguna vez la Plaza se denominó Fernando VII y, en 1947, Plaza de Key West, aunque siempre ha prevalecido el de San Francisco.

La historia de la iglesia y del convento está muy vinculada a la Plaza. En su fachada, que mira a la calle Oficios, se observan tres estatuas de piedra: la Inmaculada Concepción, San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán.

Esta iglesia sirvió de sepultura a casi toda la nobleza habanera de los siglos XVII y XVIII. La edificación consta, en su interior, de tres espaciosas naves, sostenidas por doce columnas, en cada una de las cuales se erguía un apóstol. Lo más notable de la misma es la torre, con cuarenta y dos metros de alto, levantada sobre sólidos sillares sobre el cerco de la puerta principal y rematada por una imagen de Santa Elena Emperatriz, madre de Constantino, descubridora de la Vera Cruz. Derribada en 1846 por un huracán, ha sido restaurada y vuelta a colocar.  Desde 1608 existió, adjunta a la iglesia, la capilla de la Orden Tercera de San Francisco de Asís, donde se veneraba la imagen del Cristo de la Vera Cruz. Habiendo sido destruida, fue reconstruida posteriormente en el lugar que hoy ocupa.

Por su parte, el convento poseía tres amplios claustros, varios patios y 111 celdas para religiosos, impartiéndose en él clases de Gramática, Filosofía, Teología y Matemáticas. Cursó estudios allí, desde 1814, José de la Luz y Caballero, el gran educador y pensador que en 1838 impartió en el mismo, como profesor, clases de Filosofía.

Al incautarse el gobierno español de los bienes de las comunidades religiosas en 1841, la iglesia y el convento fueron destinados a depósitos de mercancías. Después, desde 1856, funcionaron allí el Archivo General de la Isla y la Aduana de La Habana. En 1907 fueron ocupados por la Dirección General de Correos y Telégrafos y, en 1916, se adaptaron para albergar la Dirección General de Comunicaciones, luego Secretaría y después Ministerio, siendo restaurados en 1941 y en 1944.

En 1957 el Ministerio de Comunicaciones se trasladó para su nuevo edificio de la Plaza Cívica, cayendo la edificación en estado de deterioro hasta que, rescatada por el Historiador de la Ciudad, se instalaron la sala de conciertos de la Basílica Menor y la de teatro de la Orden Tercera, además del Museo de Arte Religioso. A su entrada, desde hace algunos años, se ha colocado una escultura en bronce a tamaño natural del Caballero de París, un popular personaje habanero, obra del escultor J. Villa, del cual se ha vuelto una tradición tocar su barbilla y partes de su cuerpo, al pasar junto a él. En sus jardines posteriores, desde hace algunos años se construyó una capilla ortodoxa griega, más como atracción turística que como centro de oración, en cuyos accesos se ha instalado un cementerio para celebridades escogidas.

En la Plaza, antes de la iglesia y el convento, en el año 1909, se construyó el edificio que alberga la Lonja del Comercio. El proyecto original contaba con cinco pisos destinados a almacenes y oficinas, y fachadas de estilo Renacimiento español, obteniendo el primer premio en 1903. Fue edificado, según proyecto del arquitecto Tomas Mur en colaboración con el también arquitecto José Toraya, por la firma norteamericana Purdy & Anderson, con importantes adelantos tecnológicos, como armaduras de columnas y vigas de acero remachadas para soportar las paredes, los pisos y los techos. Las plantas se organizaron alrededor de un gran atrio central con una cúpula en su parte superior, colocando sobre el domo una escultura, ejecutada en láminas de bronce, del dios Mercurio, réplica de la obra original del artista flamenco Juan de Bolonia. La fachada principal está dividida en tres cuerpos bien diferenciados, con un pórtico central que da acceso al vestíbulo, a su hermosa escalera principal y a los ascensores. En 1939 se le adicionó una sexta planta. En 1947 se construyeron tabiques alrededor del atrio central y en 1952 se edificó un entresuelo para dividir el puntal de diez metros de altura. En 1996 se le realizó una remodelación integral, adicionándole una séptima planta en forma de ático. Originalmente fue Lonja de Víveres y, antes de 1959, Bolsa de Valores y Casa de Contratación de la ciudad. Actualmente aloja la Embajada de Brasil, la emisora Habana Radio y varias entidades nacionales y extranjeras.

Renovaciones del Casco Histórico

A partir de la calle Teniente Rey, se encuentra el otrora famoso Café La Marina, restaurado pero bastante desmejorado en la calidad de sus ofertas actuales, la que fuera la casa de los primeros Condes de Macuriges, título concedido en 1765 a Lorenzo Montalvo Ruiz de Alarcón, quien viviera entre 1704 y 1778 y fuera Intendente General de Marina y Ministro de la Fábrica de Bajeles de la Real Hacienda y Cajas de La Habana. Después de restaurada, la casa se convirtió en el Convento del Santísimo Salvador de Santa Brígida.

A continuación, la antigua casa de los González del Valle y Cañizo y, donde antes se encontraba una fonda, la Joyería Cuervo y Sobrinos, trasplantada artificialmente desde su ubicación original en Águila y San Rafael. Enfrente, en el Callejón de Churruca, se halla en exposición permanente el que fuera Coche Presidencial, bautizado "Mambí" por su creador Horatio Rubens, quien fuera amigo de José Martí y de Tomás Estrada Palma, y presidente de la Cuba Railroad Company. La compañía lo utilizaba para traslados de Nueva York hasta la Florida, donde lo embarcaba hacia La Habana, trasladándolo después unido al Tren No. 1 hasta Camagüey, regresando unido al Tren No.2, para realizar el viaje inverso hasta Nueva York.

Entregado al Gobierno cubano, fue utilizado por algunos presidentes en época de la República para sus traslados por ferrocarril.

Junto a él, el edificio que perteneciera originalmente a la Comandancia de la Marina y el Senado y, en el año 1906, se destinara para la Cámara de Representantes. Debido a su mala distribución e inadecuada presencia, en 1909 fue mejorado y amueblado el salón de sesiones y de conferencias y se creó el hemiciclo, con una secuencia de monumentales columnas de doble puntal que sostienen el cielo raso profusamente decorado. También se le añadió un entresuelo, limitado por una balaustrada, para ampliar el anfiteatro. Posteriormente, en 1911, se ejecutaron nuevas adaptaciones y ampliaciones, edificándose un cuerpo contiguo en el que se situaron la entrada principal y las salas de las comisiones.

Otros datos sobre el mismo y su utilización posterior, se encuentran en el artículo ya publicado sobre la calle Muralla. A partir de ésta, aparece la antigua vivienda donde, entre el 19 de diciembre de 1800 y el 15 de marzo de 1801, el sabio alemán Alejandro de Humboldt, en su visita a Cuba, situara sus instrumentos de Física y su colección de Botánica, convertido en el Museo Humboldt y, enfrente, un arbolado parque.

A continuación, también en una antigua vivienda, el Centro de Restablecimiento Geriátrico Santiago Ramón y Cajal y, entre las calles Sol y Santa Clara, la que fuera vivienda del Marqués de Casa Calderón, Oidor de la Real Audiencia, perteneciente a la familia Calderón y Késsel entre 1761 y 1833, una construcción del siglo XVIII de dos plantas, con un entresuelo intermedio más patio y traspatio, que posee una elegante portada de estilo barroco.

En la esquina de Santa Clara el Bodegón Español, enfrente algunas viviendas ruinosas en proceso de restauración y, en la calle Luz, el antiguo Palacio del Conde de Casa Barreto, construido en 1732 por Don José Tomás Barreto y Arrieta, que después fuera conocido como el Palacio del Marqués de Cárdenas, compuesto de un patio central rodeado de galerías de madera, teniendo en su planta baja almacenes, cochera y otras dependencias, el cual fue restaurado en 1979, instalándose en él el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño. La calle Oficios continúa hasta Acosta, donde termina frente a la Alameda de Paula.

Las calles Tacón y Oficios, al encontrarse dentro del denominado casco histórico de la ciudad, a pesar del mal estado en que se encontraban muchas de sus edificaciones algunos años atrás, han recibo atención preferencial con el objetivo de utilizarlas con fines culturales y turísticos. Esto les ha permitido renacer y, aunque hacia el final de la calle Oficios aún aparecen viviendas en ruinas o en estado deplorable, está prevista su recuperación y restauración, ya que poseen determinados valores históricos, vinculados fundamentalmente con la época colonial.

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