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Religión

El relevo del cardenal Ortega: ¿Cómo y cuándo?

Experto: La continuidad o el relevo del arzobispo de La Habana 'serán interpretados en clave política'.

Madrid

¿Qué perfil proyecta el papa Francisco para el nuevo arzobispo de La Habana? Si se tienen en cuenta las expectativas generadas por el jefe de la Iglesia Católica, la pregunta es pertinente, en más de un sentido, y ya los analistas advierten indicios de un próximo nombramiento en la Isla.

El cardenal Jaime Ortega y Alamino, titular de la Arquidiócesis desde 1981, cumple 77 años el 18 de octubre, dos más que lo estipulado por el derecho canónico. Tal y como se preveía, Benedicto XVI no aceptó su renuncia en 2011. Entonces, católicos y expertos dijeron que el mensaje del Papa podría interpretarse así: "preparemos con calma las condiciones del relevo, en medio de un proceso de acercamiento entre la Iglesia y el Estado".

Pero Ortega ha dado demasiadas muestras de agotamiento en el tiempo extra, expresadas en su falta de liderazgo y en las lamentables controversias políticas en las que se ha visto enredado.

Fecha clave

Ignacio Uría, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Navarra (España) y autor del libro Iglesia y revolución en Cuba, repara en que Francisco "no ha hecho ninguna alusión a Cuba" en seis meses de pontificado.

"Sin embargo, en dos semanas tendrá que pronunciarse, ya que el cardenal Ortega cumple 77 años y superará en dos la edad de jubilación. Por tanto, su continuidad o su relevo serán interpretados en clave política", explica.

En opinión del investigador, Ortega y Alamino ha tenido "éxitos innegables", entre ellos las visitas de Juan Pablo II y Benedicto XVI, el acceso a las cárceles, el nuevo seminario de La Habana y el apoyo a las Damas de Blanco.

Sin embargo, dice, "su prestigio está dañado por una sinuosa relación con el régimen, al que pocas veces ha incomodado".

"El perfil de su eventual sucesor revelará, por tanto, las intenciones del Papa para la Iglesia cubana, así como el papel que esta pueda jugar en una hipotética transición a la democracia", asegura Uría.

Pastores y ovejas

"Hay una frase del Papa que resume muy bien cómo debería ser el próximo arzobispo: 'un pastor con olor a oveja'", explica desde Pinar del Río el laico Dagoberto Valdés.

El director de la revista independiente Convivencia piensa que el nuevo titular "debe ser, sobre todo, un hombre muy pastoral, con gran capacidad de trabajo en equipo".

Eduardo Mesa, fundador de la desaparecida revista católica Espacios, considera que tal responsabilidad "precisa de hombres de una proyección eminentemente pastoral, de profunda espiritualidad y capacidad de escucha".

"Que tengan como una prioridad el acompañamiento de sus sacerdotes y la cercanía con el pueblo que sufre", así como "disponibilidad de acoger a otros actores políticos y a confiar en la dinámica liberadora que emana del Evangelio", indica Mesa desde Miami.

En Madrid, Yaxys Cires, vicepresidente de la Organización Demócrata Cristiana de América, opina que el nuevo arzobispo "debería ser del estilo del papa Francisco: un hombre humilde, testimoniante de una Iglesia de y al servicio de los pobres".

Como creyente, considera que tendría que ser "un pastor-profeta, comprometido con la cuestión social en su dimensión de justicia y solidaridad con los pobres y marginados; con los reprimidos y sedientos de libertad".

Católicos oficialistas: 'Que acompañe los cambios'

En La Habana, el Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero (OAR), de orientación izquierdista, estima que el prelado debería contar con "un gran carisma renovador, que permita a la Iglesia continuar caminando junto al pueblo".

"El nuevo arzobispo debe ser capaz de estar muy cerca de las necesidades del pueblo y de impulsar los cambios, que se llevan a cabo en la sociedad, desde el punto de vista pastoral y del acompañamiento", afirma Rafael Barrera Yanes, secretario ejecutivo de OAR.

El Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero, afín a la Teología de la Liberación, cree que el designado tendría que "propiciar un intercambio provechoso entre las autoridades y la Iglesia, así como un reconocimiento real de la diversidad cultural y religiosa del país".

Barrera Yanes considera que en Cuba no hay una dictadura, sino "un proyecto de sociedad en el que faltan algunas libertades".

La disidencia quiere un prelado imparcial

También en la capital, la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, pidió que el arzobispo nombrado por el Papa sea "un hombre cercano a la sociedad civil y a los marginados".

"No debería estar parcializado, sino contar con todas las partes. Necesitamos un arzobispo que alce la voz contra lo mal hecho", exigió Soler.

La activista denunció que "la Iglesia calla, mientras el régimen impide a las Damas de Blanco la libertad religiosa".

A pesar del hermetismo vaticano, en ámbitos eclesiales suenan cuatro nombres para suceder al cardenal Ortega y Alamino.

En primer lugar, el arzobispo de Santiago, Dionisio García Ibáñez, de 68 años, y actual presidente de la Conferencia Episcopal. Luego, Emilio Aranguren Echeverría, de 63 años y actual obispo de Holguín.

Ambos serían "muy bien recibidos" por el régimen, señalan analistas.

La lista de probables candidatos la completa Manuel Hilario de Céspedes García Menocal, obispo de Matanzas (69 años), considerado "el más alejado del régimen"; así como el jesuita Juan de Dios Hernández Ruiz, obispo auxiliar de La Habana (65).


@michelsian


 

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