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Entrevista de los lectores

Alina Sánchez: «Hay una cualidad especial en las voces de nuestra tierra»

Alina Sánchez, cantante lírica, concertista y actriz, primera solista de la Ópera Nacional de Cuba durante muchos años, ensaya piezas de Mozart para un festival de música clásica. Abandona un rato sus sesiones de trabajo, y responde a las preguntas de los lectores de DIARIO DE CUBA.

Madrid

Alina Sánchez, cantante lírica, concertista y actriz, primera solista de la Ópera Nacional de Cuba durante muchos años, ensaya piezas de Mozart para un festival de música clásica. Abandona un rato sus sesiones de trabajo, y responde a las preguntas de los lectores de DIARIO DE CUBA.

Francisca García Redondo: Desde mi admiración a su arte y su personalidad, Alina, ¿entiende usted que se pueden acometer diferentes géneros sin desmerecer en ninguno, que un artista debe intentarlos todos o bien centrarse en aquel que puede ajustarse mejor a sus cualidades? En su caso, tan singular y polifacético ¿como lo hace?

Creo que el artista debe actuar desde una absoluta libertad, Francisca, y seguir lo que Dámaso Alonso llamaba su "intuición estética". La búsqueda es parte del quehacer artístico. He leído la entrevista de Alberto Lauro a nuestra gran bailarina Rosario Suárez donde afirma que siempre hay que estar buscando. Estoy absolutamente de acuerdo.

Ahora bien, la búsqueda entraña riesgos. A veces tomas caminos equivocados. De eso se trata, de no quedarte detenido en el tiempo. Hay que moverse.

Pero también, y aunque parezca contradictorio, si tu sentido vital te pide seguir ahondando en el mismo universo del primer día; si agotar las posibilidades de un mismo sendero es lo que te impulsa como creador, ese camino es también válido. El artista es dueño de su propio universo y lo debe manejar libremente. Sin que nadie le dicte cómo.

Maida: Si tuvieras que escoger un sólo recuerdo de los tantos que tienes de tu experiencia de trabajo con el maestro Gonzalo Roig, ¿cuál escogerías? y ¿por qué?

Te cuento uno de mis recuerdos, Maida. Habíamos terminado un ensayo de Cecilia Valdés con la Banda Municipal de Conciertos de la Habana y yo iba del brazo del maestro que, en la otra mano, llevaba la partitura del director. En el camino nos encontramos con otro músico que saludó a Roig con gran cariño y le preguntó: "¿Cómo le va maestro?".  

"Aquí me ves, del brazo de mi primera y de mi última Cecilia", contestó Roig.

En ese momento me di cuenta de lo irrepetible de aquel instante. Fue un honor y un privilegio haber tenido la enseñanza y la amistad de ese músico genial.

Eduardo: ¿Bajo qué status migratorio resides en España? ¿Visitas tu país de origen con frecuencia? Si no lo haces, ¿por qué? Y me gustaría saber dónde te presentas y con qué estilo lo haces en tu trabajo normal.

Eduardo, la pregunta sobre mi status migratorio "tiene miga", como dicen los castizos. Tendríamos que considerar los dos planos de la palabra status. Es lógico que para España sea relevante lo del status. Porque soy una inmigrante más. Para España soy residente permanente con nacionalidad en trámite. Para Cuba… pues lo lógico sería que, siendo cubana, no tuviera algo llamado "status migratorio", sino que pudiera entrar y salir de mi país sin ninguna restricción.

En mi pasaporte vencido no tengo puesto el sellito rojo de permiso que es obligatorio para todos los cubanos que residen en el exterior y que quieren visitar supaís. Y no lo tengo, porque no lo he pedido.

No voy a Cuba desde 1998.  No la visito, ni con, ni sin frecuencia. Quiero visitarla cuando no tenga que pedir permiso para ir a mipaís. Creo que las leyes migratorias cubanas son estúpidas y crueles, y van en contra del sentido común.

En cuanto a mis presentaciones, las hago en salas de concierto y teatros de toda España. Me presento en salas de concierto y teatros de toda España. No sé a lo que llamas trabajo normal, porque para mí casi todos los trabajos son normales (menos los que incluyen segar vidas humanas y fisgar malintencionadamente en la vida de los otros).  Pero si te refieres al canto lírico, te preciso que sí. Mi último concierto ha sido en Soria, en el ciclo de Música Religiosa que se presentó en el Aula Magna Tirso de Molina, junto al pianista Víctor Carbajo, Almudena Merino (flauta), Miguel Ángel García (fagot) y con los cantantes Teresa Guerra (mezzosoprano) y  Juan Carlos Martos (tenor). Todos bajo la dirección artística de Paquita García, que fue también presentadora y recitadora.

Mi participación en el programa incluyó obras de Haendel, Caccini, Gounod, y spirituals. Me enorgullece trabajar  bajo la dirección de Paquita García en conciertos y en los espectáculos de la Compañía Lírica de Extremadura que ella dirige.

También trabajo habitualmente en los recitales que programa la Orquesta de Cámara del Casino de Salamanca, bajo la dirección del cellista holandés Eelco Haak, en su sede habitual del neorrenacentista Palacio de Figueroa y en otros espacios escénicos de Castilla-León, Castilla la Mancha, Extremadura, Comunidad de Madrid y otras muchas comunidades españolas.

El repertorio que abordamos en esos conciertos incluye desde arias de ópera y romanzas de zarzuelas, hasta piezas del barroco y romanticismo.

Con la orquesta en su totalidad y con una sección que hemos llamado Camerata Iberoamericana de Conciertos, damos a conocer la obra de compositores clásicos de Latinoamérica como Villa-Lobos, Ginastera, Guastavino, Ponce y, por supuesto, música lírica cubana: Lecuona, Roig, Prats, Grenet, Anckermann. Por cierto, que tocan La Bella Cubana, deWhite, de un modo espectacular. Si no eres cubano, quedarías fascinado con esa música irrepetible, que tiene ecos de destierro y de melancolía.

Si eres cubano, te harían llorar.

Roger: Como especialista de tu arte, ¿como ves el futuro de la ópera en Cuba? ¿Cuáles son las condiciones necesarias para que florezca un movimiento operático en Cuba que pueda competir en el mundo de la ópera actual? ¿Es para ti la ópera un espectáculo teatral que usa la voz y la música como medio de expresión, o es la voz y la música el pretexto para la representación?

Recuerdo una conversación en Madrid con el maestro Luis de Arnedillo, profesor de canto que ha formado tantas buenas voces españolas, en la que me elogió la hermosura y singularidad del timbre de todos los cantantes líricos cubanos que había escuchado. Te puedo decir, sin menospreciar a ningún cantante del mundo, que hay una cualidad especial en las voces que da nuestra tierra, equiparable a las voces que sobresalen en el Mediterráneo.

En Cuba se ha hecho muy buena ópera, desde el siglo XIX. Hay tradición, buenos cantantes, buenos músicos, buenos directores escénicos, escenógrafos y diseñadores de vestuario, luminotécnicos, maquilladores, peluqueros, productores. E incluso compositores de ópera sorprendentes, como José Mauri, el autor de La Esclava.

El público cubano es muy conocedor.

De lo que siempre ha carecido el género lírico en Cuba es de  buenos promotores culturales. A pesar de ello, nombres como Zoila Gálvez, Marta Pérez, Dora Carral, pudieron lograr un espacio en la escena internacional, a costa de muchos sacrificios. Hoy en día contamos con Eglise Gutiérrez, una maravillosa soprano que ha irrumpido con éxito en grandes escenarios de ópera, me consta que venciendo escollos que para otros han sido insalvables, gracias a su talento,  tesón e inteligencia. Pero la figura del buen empresario, del manager visionario capaz de dedicarse con acierto a lanzar las carreras de nuestros líricos, ese no lo ha habido ni lo hay.

Hay que recorrer un camino largo en el futuro. También vencer un estado previo de opinión en el panorama artístico internacional. A nadie se le ocurriría cuestionar la capacidad de un cubano para bailar. El baile es un don que todos nos conceden, a pesar de lo "patones" que podemos ser algunos. Tampoco sería difícil aceptar "a priori" la calificación musical de un compatriota.

Pero en el terreno de la lírica, y podría añadir que en las manifestaciones denominadas clásicas, funciona el prejuicio. Los cantantes norteamericanos y las grandes figuras españolas tuvieron que imponerse poco a poco hasta lograr su espacio.

Hoy, afortunadamente, grandes voces latinoamericanas van ganando día a día esta batalla cultural y desbrozan el camino para los futuros talentos.

En cuanto al género operístico, no te digo nada nuevo si te respondo que la ópera se lo debe todo a la Grecia clásica. No por gusto las primeras óperas estaban basadas en temas mitológicos y héroes legendarios. Desde sus inicios, a finales del siglo XVI, los primeros compositores de ópera italianos siguieron la receta aristotélica, integrando canto, espectáculo, caracteres, fábula, pensamiento y elocución (es decir, las partes cualitativas de la  tragedia).

Es imposible jerarquizar la importancia de esas partes. Se trata de un todo donde se integran voz, expresión, música, representación. Por eso resulta tan difícil hacerla bien.

Mario Salgado: Ay, querida amiga, cuántos recuerdos... Ya que te conozco desde que tenías como siete años, pues eras mi vecinita del fondo. Lástima que nunca pude disfrutar de tus grandes éxitos pues para esa epoca ya no me encontraba en Cuba, pero tuve la suerte de tenerte aquí en mi casa hace unos pocos años. Que Dios te bendiga siempre.

Se me ocurre preguntarte: ¿Cuándo fue que comprendiste que tenías una voz privilegiada y decidiste entregarte por completo a esos estudios que te condujeron a una brillante carrera en el mundo del canto?

Mario, nunca he pensado que mi voz fuera privilegiada. Al contrario. He tenido que luchar mucho contra mis defectos. Me criaron mis abuelos, que eran unos perfeccionistas y me enseñaron que había que esforzarse para hacer las cosas lo mejor posible.

Mi abuelo era un periodista excelente. Empezó siendo lector de tabaquería y así se pagó sus estudios. Mi abuela era de origen muy humilde, aprendió a leer y a escribir de mayor. Ambos sabían el valor del trabajo.

Cuando tenía ocho años se dieron cuenta de mis inclinaciones artísticas y me matricularon en el Conservatorio Periut,  a pesar de que sus recursos económicos eran escasos. Después, me llevaron a estudiar a la academia privada de Mariana de Gonicht cuando cumplí dieciséis años. Todo se lo debo agradecer a ellos, porque me ayudaron a superar todos los escollos y creyeron en mí, cuando no era más que una joven insegura.

Antonio Ariza Momblant: ¿Cuál ha sido su relación con los directores de orquesta y pianistas? ¿Qué valora más en su trabajo y qué busca en ellos para dar su verdadera aprobación? ¿Alguno de ellos le ha marcado musicalmente?

Siento un profundo respeto por el trabajo de pianistas y directores de orquesta. Ellos  ponen riendas al ímpetu con que el intérprete se regodea en sus pasajes, ayudan a ampliar su perspectiva de la obra, a entender mejor su lugar en la estructura musical.

En el caso de los pianistas, muchas veces son verdaderos salvadores. El pianista es el compañero de fatigas que te auxilia en un pasaje particular, un tempo complicado, una noche poco afortunada. Es muy estrecha la relación de complicidad entre cantante y pianista.

El acercamiento a la obra con la intermediación de un director de orquesta es, en ocasiones, muy complejo. Depende de la experiencia y el conocimiento que tenga éste de las tradiciones. Es muy difícil dirigir ópera. En la ópera —y también en la zarzuela— hay un sinnúmero de licencias que no están escritas sobre la partitura, pero que la tradición ha impuesto, con la consabida dificultad de ejecución.

Para poner un ejemplo asequible a los que no son músicos: hay determinados pasajes en los cuales el tiempo cede, se hace más lento, o por el contrario, se acelera. En ese momento la mano del director es fundamental, así como su comprensión de la técnica vocal. Como en casi todo en la vida, hay directores y pianistas con los que te entiendes "a primera vista", entonces la empatía es total. Con otros, la adecuación se produce más lentamente.

Pero en cualquier caso, el cantante debe ser muy respetuoso de la opinión del director y del pianista. Ellos, por lo general, tienen una perspectiva más completa de cómo se debe interpretar la obra.

Te puedo decir que he aprendido de todos los músicos con los que he trabajado, desde el primero hasta el último.

César: Querida Alina, es muy bueno saber de ti y que ya no vives en esa Isla, donde los grandes artistas se mueren de hambre. Aquí va mi pregunta: ¿No era demasiado presuntuoso que nuestro país hubiera querido tener (no sé si aún existen) grupos líricos en La Habana, Holguín y Pinar del Río? Tú eres una estrella, pero Cuba no se destaca precisamente por grandes voces líricas, ni mucho menos tiene los recursos para tantos proyectos.

César, el problema, a mi entender, no era el exceso de grupos, pues en todas esas provincias había voces, músicos, técnicos cualificados, y lo más importante, un público ávido y conocedor. Pero no existía una organización que permitiera aunar todos los recursos y estructurar una programación inteligente, de manera que se pudiera disponer de un repertorio amplio de títulos que se intercambiaran en las diferentes temporadas en todo el país.

Tienes razón, los recursos debían haberse unido en pro de todos los grupos. No coincido contigo en tu valoración de nuestras voces líricas. Cuba ha dado grandes voces. Ha habido grandes, inmensas voces como las de Alba Marina, Marta Pérez, Sarita Escarpenter. Recuerdo la maestría de Gustavo Lázaro, de Daniel Marcos, de Raúl Camayd, de Antonio Lázaro.

No sé si en la escena internacional hallaríamos timbres como los de Paulina Campuzano, América Crespo, Susy Salgado, María Marcos. Recuerdo a maravillosas sopranos como Esther Valdés, María Luisa Clark, Linda Mirabal, María Antonia Cabrera, Ciralina Quijano. Mezzos como Teresa Guerra, barítonos como Ramón Calzadilla, Hugo Marcos, Oscarito Pino, tenores como, Armando Pico, Eduardito San Emeterio, Ángel Cárdenas.

En 2007 tuve el privilegio de cantar en Miami con el bajo José Lemat que a sus años (no te voy a decir cuántos, porque él es muy coqueto), tiene un completo dominio de su voz en todo el registro.

Solo te he puesto unos pocos ejemplos y pido excusas a todos los que no he incluido y que muy merecidamente, engrosarían esta lista.Talento no ha faltado. Promoción, unidad de criterio, proyección internacional, sí.

Evelio Taillacq: Solo quiero enviarte un gran beso y mi cariño.

Evelio, gracias por tu cariño y tu beso. El mío para tí es grande del tamaño del cielo, como el de los niños. Una pregunta para tí: ¿Para cuándo ese libro con las maravillosas  anécdotas de artistas cubanos que tú atesoras?

Escríbelo. Que no se pierdan.

Elisa: ¿Has hecho alguna incursión en el mundo del jazz o al menos has pensado en hacerla? Aprovecho para mandarte todo mi cariño y decirte que tu voz es una de las cosas buenas que tiene el mundo.

Sí, alguna vez, como divertimento. Recuerdo una versión de Drume Negrita con Irakere, en un espectáculo memorable que dirigió Armando López. He hecho "descargas" con músicos muy queridos en donde nos poníamos a jugar con las voces, más bien en ocasiones que pudiéramos llamar "familiares". Me gusta jugar con los temas oldies, standards de Cole Porter, de Gershwin, pero cuando nos reunimos unos amigos para pasarlo bien.

Gracias, Elisa, por esas palabras lindas.

Orlando: Alina, cuando llegué a Madrid en 1994, después de haber trabajado casi 14 años en el Teatro Lírico de Holguín (no se me olvida la oportunidad que me diste de hacerlo con Estudio Lírico que tu dirigiste en la puesta de El Murciélago), una compañía cuyo repertorio fundamental eran las clásicas zarzuelas españolas y cubanas, me encontré en Madrid con esos grupos zarzueleros que montaban de prisa y corriendo dos, tres y hasta cuatro zarzuelas con cuatro telas y dos palos para irse a hacer los veranos en las fiestas de los pueblos subvencionadas por los ayuntamientos españoles. Y pensé cómo durante años en Cuba pudimos hacer un teatro lírico de calidad y por falta de talento y/o desidia se repetían viejos esquemas dramatúrgicos, de puestas en escena, etc... (No se me olvida que también existe el teatro de la Zarzuela de Madrid) Me gustaría saber tu opinión, guapísima siempre!

Es cierto, Orlando, que cuando estás acostumbrado a trabajar con la estructura de una compañía fija, con todas sus virtudes y sus defectos, te cuesta habituarte a la premura con que algunos grupos programan sus espectáculos. Sin embargo, a pesar de que a veces el resultado no es el mejor, yo rompo una lanza por ellos, por varias razones. En primer lugar porque, a pesar de lo costoso que es montar un espectáculo, todavía hay agrupaciones privadas que arriesgan su capital en ello. Por otra parte, mantienen vivo un género genuinamente español y lo que es más importante, crean puestos de trabajo para el artista.

Roberto Ignacio Díaz: ¿Cómo ve usted el panorama operístico en la Cuba actual, o bien en los últimos años? ¿Por qué será que Cuba se conoce bien en el ámbito del ballet, pero menos en el de la ópera?

Siguen surgiendo muy buenas figuras, Roberto. Y siguen faltando promotores, que sí ha tenido el Ballet Nacional de Cuba como institución. Alicia Alonso, junto a Fernando y a Alberto crearon escuela dentro y fuera de Cuba.

María José: Me consta que cultiva Ud. otras facetas artísticas, menos conocidas, como la escritura y que, además, tiene una sólida formacion literaria. ¿Se ha planteado componer algún espectáculo musical? ¿Ha compuesto canciones? ¿Qué le diría a una estudiante de canto que sueña con vivir de la música? ¿Y si esa estudiante estuviera en Cuba?

María José, nunca he podido componer ni siquiera el estribillo de una canción. Así que de un musical ni hablemos.

En cuanto a vivir de la música, en cualquier parte del mundo, todo estudiante de canto debe saber que tiene un largo camino por delante. Como en toda profesión, le esperan años de estudio y preparación, de sacrificios personales. La voz es un instrumento duro. Está dentro de ti, está condicionada por tu estado general de salud, por tus estados de ánimo.

Le afectan los cambios de tiempo, las alergias estacionales. Decae en tus etapas depresivas. A veces te preparas  durante meses y el día de la representación tienes que salir al escenario con fiebre y faringitis y no puedes suspender. Pero también es gratificante, porque el contacto directo con el público te regala momentos muy hermosos.

En cuanto a la escritura... Muy cerquita me suena la voz de Preciosa, la gitanilla de las Novelas Ejemplares de Cervantes: "¿No tengo yo mi alma en mi cuerpo? (...) Y no soy manca, ni renca, ni estropeada del entendimiento..."

Todo aquel que no sea muy "estropeado del entendimiento" ha querido alguna vez compartir el alma poniéndole palabras. Por ahí ando, sin demasiadas pretensiones, aunque sorprende encontrar quienes te mandan a callar cuando apenas has empezado a abrir la boca.

Pero las gitanillas y las mulatas tienen mucho en común. Por ejemplo, la cabeza dura.

Irma Alfonso: Dime cuál será tu próxima actuación, cuándo y donde. No quisiera perdérmela.

Tengo varias programaciones en el mes de agosto. El motete Exultate Jubilate de Mozart, dirigida por Christian Florea en el Festival Internacional de Música Clásica de Villanueva de los Infantes, que ya va por su quinta edición. Un concierto de selecciones de zarzuela cubana y española con la Orquesta de Cámara del Casino de Salamanca, dirigida por Eelco Haak, en Arévalo y en Segovia.

En el otoño, varias fechas con la orquesta de Cámara y un concierto en el Centro Cultural de los Ejércitos, con Teresa Guerra y Víctor Carbajo. Espero verte en algunas de estas presentaciones, Irma.

Miguel: ¿Cuando te presentaras en Miami? ¿Dónde se puede encontrar tu música?

Miguel, he recibido varias invitaciones para actuar en Miami, que han coincidido en fechas con compromisos anteriores en España.

Puedes encontrar cosas mías en Amazon y otros sites.

Félix Romeo: ¿España te ha brindado durante todos estos años el apoyo que merece una cantante de tu categoría y calidad?

Le debo seguir viva, Félix, y los cuatro nietos más lindos que puedas imaginar.

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