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Música

El músico Pedrito Martínez toca en la Embajada de Cuba en Washington

Las celebraciones del Día Internacional del Jazz estuvieron coordinadas por miembros de la sede diplomática y los organizadores del DC Jazz Festival.

Washington
El músico cubano Pedrito Martínez.
El músico cubano Pedrito Martínez. Pedrito Martinez Group/Facebook

El percusionista cubano Pedrito Martínez tocó junto a su grupo en la Embajada Cubana en los Estados Unidos, como parte de las celebraciones del Día Internacional del Jazz, informó Prensa Latina.

El evento, que estuvo coordinado por miembros de la sede diplomática y los organizadores del DC Jazz Festival, contó con representantes como académicos, filántropos, periodistas y los difusores de las artes.

En declaraciones a Prensa Latina, Martínez agradeció la posibilidad de ofrecer su arte en la Embajada de Cuba y comentó algunos de los momentos increíbles que ha tenido con su participación en importantes eventos.

La presentación del evento estuvo a cargo de Alejandro García, segundo jefe de la Misión Diplomática del régimen en Washington. El funcionario dijo que el trabajo de DC Jazz Festival promueve las relaciones culturales entre ambos países.

Pedrito Martínez es un músico habanero nacido en 1973 y asentado en Nueva York desde 1988, donde ha desarrollado casi toda su carrera. Ha incursionado en géneros como afro-cuban jazz, latin jazz, afro-beat y timba. Fue nominado a los Grammy Latinos de 2021 por su álbum Acertijos.

El Día Internacional del Jazz, tiene como objetivo concientizar sobre este género como herramienta educativa y de promoción de paz, diálogo e interacción cooperativa entre los pueblos. Fue instituido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el 2011, y se celebra cada 30 de abril. 
 

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4 comentarios

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Pedrito, muy conocido en su casa y popular entre los barrenderos de la calle Saint Nicholas del Alto Manhattan, no pudo evitar regresar a la plantación para recordar aquellos latigazos que disfrutó en la isla cárcel, pudo recordar en la puerta de la Embajada Espía aquellos tiempos en que todos los guarapitos orientales le pedían el carné de identidad en cada cuadra de Labana, cuándo por ser niche no podía entrar a La Torre o al Polinesio…….,al menos el negro lo gozó.

Regresó al barracón a que le pongan el collar y la cadena al cuello.

Muy lamentable.Un bufon entreteniendo a sus amos. No confundir esto con compartir el arte entre cubanos de ambas orillas, sino ir a la Embajada de la Dictadura a divertir a sus esbirros.